martes, 7 de abril de 2020

PARECÍAN JUGAR A ESCONDIDAS...


    


    Mientras intentaba concentrarme en el rezo del Rosario me distraía el paseo ligero de las ruborizadas nubes de la noche sanjuanina.
  Al mismo tiempo, los gritos y cantos de unos vecinitos que jugaban a la pelota tampoco me ayudaban a sostener la atención en un Avemaría.
   Estaba disperso, sin duda que sí.
   Opté por volver a entretenerme mirando el cielo y ahí me quedé: contemplado un fenómeno estelar en el que parecía que las estrellas jugaban escondidas en complicidad de las nubes.
   Era un momento de ocio sagrado en que mi asombro estaba en el mirar los destellos de esas lucecitas que pocos se detienen a ver en las noches y que la iluminaria de las ciudades impiden que veamos con claridad...
   Seguía yo este aparente juego de escondidas de las perlas del cielo hasta que, de un momento a otro, las nubes dejaron su complicidad y una buena parte del cielo se despejó...
    Divisé las Tres Marías y la Cruz del Sur. Me percaté de que tenía que retomar el rezo.
    Me hice la señal de la cruz y continué: Ave Maria, gratia plena, Dóminus tecum...



C.F.M. 


De nuestra parte, les dejamos esta "yapa", que es una joyita de la poesía y la música folklórica sanjuanina:





ROMANCE DE LA LUNA SANJUANINA:

Buscando en tu perfil el horizonte
amanece la luna con su brillo,
alumbrando tu rostro entre los cerros
se remonta colgada del rocío.

San Juan tiene el aroma de retama
perfumando unos patios amarillos
de jarilla, romero y de jazmines
y el trinar de un hornero atardecido.

La luna sanjuanina en el ocaso
va empolvandose la cara sobre el río,
le presume y coquetea al Pie de Palo
y amanece entre los Andes cristalino.
Como una novia blanca va orillando el Villicum,
centinela de su amor la Cruz del Sur.

La tierra donde el sol parece el dueño,
donde el cielo es más azul que el cielo mismo,
ignorada la luna se hace dueña
del silente firmamento sanjuanino.

La ruta del arriero iluminaste
y en las piedras la hierra del olvido,
la enramada, el fogón y la guitarra,
con tu luz Ischigualasto hizo camino.

La luna sanjuanina en el ocaso
va empolvandose la cara sobre el río,
le presume y coquetea al Pie de Palo
y amanece entre los Andes cristalino.
Como una novia blanca va orillando el Villicum,
centinela de su amor la Cruz del Sur.

Letra y Música: Gustavo Troncozo










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