Publicamos acontinuación una reciente nota de Cristián Rodrigo Iturralde a propósito de unas afirmaciones sobre el nacionalismo que hiciera Diego Mazzieri en su obra "Ni Yankees ni marxistas ¡peronistas!". Nos parece oportuno compartir estos comentarios, dado que creemos expresa nuestro sentir nacional y católico.
Tomado de http://debatime.com.ar/cristian-rodrigo-iturralde-nosotros-los-nacionalistas-de-%C2%A8opereta%C2%A8/
(Breve réplica a algunas aseveraciones de Diego Mazzieri)
Hará cosa de pocos días, un buen amigo me envió para mi consideración un artículo del joven escritor y abogado peronista Diego Mazzieri, junto a algunos fragmentos de su libro ¨Ni Yankees ni marxistas ¡peronistas!¨[1]; particularmente aquellos injuriantes al Nacionalismo Católico.
He tenido la oportunidad de saludar, si bien fugazmente, a Diego Mazzieri en alguna que otra oportunidad; persona bien dispuesta, educada y de trato afable. Por tanto, no tengo nada contra él, pues como he dicho, apenas lo conozco, y, hasta ahora, no me había cruzado con ninguno de sus trabajos. Las referencias sobre su persona las tengo de amigos y camaradas en común, y estás en general son buenas. No obstante, en sus escritos, su carácter y estilo aplomado varía sensiblemente, trasmutando éste a uno más provocador, bravucón y algo pueril por momentos.
Supongo que Mazzieri tampoco tendrá nada contra mí –pues no me consta que conozca mis trabajos ni que acaso me recuerde-, pero lo cierto es que me he sentido afectado por algunos de los atributos vejatorios que tan ligeramente ha endilgado a los nacionalistas católicos in totum, como así también, por la torcida y reduccionista interpretación de ciertos hechos.
No he leído la obra completa del mentado autor, pues debo confesar que me resulta harto tedioso, por estéril, dedicar horas a leer más de 500 páginas de lo que ya asoma como un panegírico de Juan Domingo Perón. De lo que he podido cotejar del mismo –y esto lo digo sin ánimo de ofender-, he notado que tiene también mucho de libelo y de discurso de barricada, en el sentido de que, amen de la falta de bibliografía indispensable para el estudio integral de tan caro asunto[2], se injuria a los disidentes recurriendo a epítetos propios de pasquines o panfletos de propaganda marxista[3].
Del mismo modo en que no leería una insípida apología de Perón, no invertiría tampoco un ápice de mi tiempo en leer medio renglón sobre criminales como Rojas y Aramburu.
Por tanto, quedo corrido desde este preciso instante de cualquiera de las variantes de conocida dialéctica sofística que reza: ¨O Braden o Perón¨.
Ninguno de los dos.
——-
Entiendo que los tiempos acuciantes que corren exigen superar las eternas y encarnizadas disputas internas del nacionalismo en torno al binomio Perón-anti Perón; contienda más propia de nuestros abuelos y maestros, que por haber sufrido en carne propia las tropelías de uno y otro bando, no pueden olvidarlo y/o matizar, y hacen de esta inquina –aun sin quererlo- su modus vivendi.
Convencido de ello y en busca de un nacionalismo integrador y superador de viejas rencillas, que construya y se centre en lo esencial, es decir, en la triada Dios, Patria y Hogar, es que junto a algunos compatriotas fundamos el círculo de formación y difusión académica Ateneo Cruz del Sur (del que, sea dicho, también participan peronistas, muchos de los cuales me honran con su camaradería y amistad, en distintos ámbitos, dentro y fuera del Ateneo).
No obstante -y he aquí el motivo de este artículo-, los hay quienes creen que se impone desacreditar con bajos artilugios y denigrantes calificativos a quienes no comparten sus opciones políticas, atreviéndose incluso a realizar afirmaciones temerarias tales como que quien no es peronista no puede ser nacionalista.
O, en curiosa expresión de Mazzieri, quien no es peronista, por norma, sería un ¨nacionalista de opereta¨.
———–
Voy, pues, directamente y sin más prolegómenos a los pasajes en cuestión que objeto. Enumero a continuación párrafos del autor en bastardilla y negrita, intercalando mi comentario a cada uno de éstos:
1- Una cosa es que el nacionalismo católico no sea Peronista. Ahora, de ahí a ser antiperonistas, eso es algo muy distinto, pues ya es un discurso guiado por un odio propio de hinchas de fútbol y no de ciudadanos de buena fe que quieren el bienestar de su nación.
De lo escrito aquí por Mazzieri se deduce claramente que aquel que sea antiperonista no puede ser nacionalista. Luego, habría que definir claramente –ya que él mismo trae a colación el distingo- la diferencia entre un ¨no peronista¨ y un ¨antiperonista¨. ¿Cuándo pasa el primero a ser lo segundo? ¿Sabrá la diferencia entre un antiperonista y un ¨gorila¨?
El prefijo ¨anti¨ significa ¨opuesto¨ o ¨contrario a¨; de lo cual no se sigue necesariamente que se odie lo que sigue luego, y mucho menos, de forma irracional. De modo que puedo ingerir un antibacteriano sin odiar visceral y descabelladamente a las bacterias. Sabemos, es un hecho comprobado, que algunas de éstas son útiles y necesarias al organismo, a suerte de mal necesario.
Ahora bien, si las bacterias son decisivamente nocivas, no sólo tengo el derecho a guardarles aversión y rechazarlas sin miramientos –sin que por ello me caiga un INADI Justicialista-, sino que estoy obligado a hacerlo; al menos si procuro gozar de cierta salud física y mental. Procediendo de esta manera estaría actuando racionalmente. Lo contrario sería obstinada imbecilidad.
Habrá que preguntarse seguidamente si acaso mártires como Jordán Bruno Genta y Carlos Sacheri califican como ¨nacionalistas¨ o ¨ciudadanos de buena fe que quieren el bienestar de su nación¨ para elpatrionometro del autor. Luego también: ¿Fueron todos los caídos bravamente en la gesta malvinense o en la Tablada devotos peronistas? ¿Los Manuel Gálvez, Julio Irazusta y Gustavo Zuviría fueron asimismo cipayos a las órdenes de la sinarquía internacional? ¿Fueron estos y otros grandes hombres que dedicaron su vida a la defensa de la patria en todos los órdenes ¨nacionalistas de opereta¨?
Claro que no[4].
De modo que se puede ser perfecto antiperonista, racional y nacionalista, ¡todo a la vez!
2- (…) muy poco católico es reivindicar un bombardeo contra tus mismos connacionales, máxime considerando que murieron cientos de niños y a Perón ni lo rozaron.
Que yo sepa, ningún católico y mucho menos el nacionalismo católico revindica ese acto criminal. Luego –como nota al pié-, debo decir que tampoco deja demasiado bien parado a Perón el hecho de que las ¨balas¨ no lo haya ni rozado.
3- (…) ¿Acaso no fue más nacionalista y católico Juan Perón en evitar un derramamiento de sangre entre hermanos?
Aquí caben dos explicaciones posibles. La primera es que haya sido efectivamente como dice Mazzieri. La segunda, algo más antipática, pero sencilla y por esto plausible –si entendemos que Juan Perón fue un ser humano y, por tanto, pasible de las mismas miserias que todos nosotros-, es la siguiente: Perón tuvo miedo y cedió ante el instinto de conservación. Esta segunda hipótesis cobra mayor credibilidad si reparamos en que Perón, lejos de detestar la violencia y las guerras fraticidas, alentaba desde el exilio –alguno podrá objetarme el verbo, pero no más que eso- a bandas criminales de marxistas fuera y dentro de nuestro país, ordenando luego, a su vuelta -y cuando no le cayeron más en gracia-, el exterminio de éstas. A este respecto nos prestará un buen servicio la carta que Perón remite a William Cooke en 1956, donde acusa a los sindicalistas prácticamente de cobardes por no haber querido tomar las armas contra la Revolución Libertadora[5].
Si Perón creía firmemente en su misión y se consideraba asimismo como el ¨redentor¨ y antídoto a la denominada ¨Década Infame¨ y a la postrera barbarie entreguista del liberalismo ¨libertador¨, debió combatir; así de claro. Él mismo, en un sin fin de discursos, exigía al pueblo dar la vida por la Patria a todo coste (¨por cada uno de los nuestros caerán cinco de ellos¨). Pues era la Patria la que estaba en juego, no un gobierno y mucho menos una persona. Lejos de ser un terminator, Perón era un ser humano, de carne y hueso, como Uds. y yo. No todos pueden o quieren ser Poltronieris oGiachinos e inmolarse por la Patria, es claro.
4- ¿Recuerda el nacionalismo católico, que en ese Corpus Christi que ellos invocan, concurrieron masones, marxistas, socialistas, la Unión Democrática toda? ¿Creyeron que en ese evento los marxistas ateos fueron porque de golpe y porrazo leyeron las Sagradas Escrituras y se han hecho conversos todos.
Si, lo sabemos. ¿Pero que habría que haber hecho? ¿Llamar a la mazorca o las camisas negras para que echen a todos estos crápulas a palazos? La pregunta que formula el autor es maliciosa. Recurriendo al sofisma de asociación –voluntariamente o no, lo mismo da- da a entender que los devotos católicos que organizaron y concurrieron a celebrar la mentada festividad tuvieron alguna simpatía o ligazón con masones y marxistas. Seguramente, Mazzieri mismo haya asistido a homenajes por el 17 de octubre o relativos en el que pulularon marxistas y demás sectarios antinacionales. Pero, como a aquellos católicos de junio del 55´, no creo que estos grupos le hayan pedido permiso para ver si los dejaba o no concurrir.
Habría que recordar también una obviedad difícilmente cuestionable: todo acto o manifestación opositora era perseguido y penado severamente por el gobierno peronista. Y por ¨opositor¨ no entendia Perón sólo a marxistas y masones, sino a todo aquel que no le rindiera obsecuente y servil pleitesía. Podremos discutir el cuestionable papel de cierta parte de la clerecía, pero no mucho más que eso (sin dudas que obispos y sacerdotes felones los ha habido siempre).
5- Repito que comparto muchas de las críticas que el nacionalismo católico hace respecto al Peronismo y a Perón por no eliminar del todo el sistema liberal en Argentina. Pero con ese criterio también condenemos a Dios mismo, por hacer una nueva alianza con el hombre (Noé) después de Sodoma y Gomorra. O condenemos a Jesucristo por poner la otra mejilla…
Sinceramente, no logro inteligir que quiso decir el autor en este párrafo. Pero el sólo hecho de pretender trazar una analogía entre Perón y Dios-Jesucristo… ¿no será demasiado? Y esto no lo digo de chupacirio; creo que ni aun los propios masones y marxistas se atreverían a tanto.
Pero este modus operandi para tratar justificar la ¨versatilidad doctrinaria¨ de Perón parece ser una constante en Mazzieri. En el primero de sus capítulos dice lo siguiente: ¨Cabe considerar que si a Jesucristo, el mismo Hijo de Dios, se lo ha pretendido aggiornar a los tiempos a punto tal que después del Concilio Vaticano II se han sostenido como infalibles tremendas herejías y blasfemias; qué quedará para Juan Perón cuya alma era puramente humana…¨. De nuevo, creo que no corresponde la relación. Otrosí, lo que dice es falso. Sin ser quien escribe un reivindicador del CVII, debería explicar el autor cuales serían las infalibles tremendas herejías producidas por el mentado concilio pastoral.
6- (…) Es inconcebible que alguien que se jacte de nacionalista pro rosista, peronista o no, paradójicamente menosprecie la memoria del restaurador de las leyes (citando el libro La Segunda Tiranía).
Creo que recurrir a la argumentación ad hominem para pretender impugnar fundada evidencia documental y razonamientos válidos, no es propio de hombres lógicos y de buena voluntad. Que por citar y validar documentación descubierta o expuesta por liberales y no nacionalistas se sigue necesariamente que uno estaría menospreciando la memoria del Restaurador, es una infamia que corre por cuenta del autor y que no guarda asidero alguno. La pregunta y consideración a reparar no es ¨quien¨ dice tal cosa, sino si aquello que se afirma es o no cierto (ya Santo Tomás decía que la verdad, dígala quien la diga, viene de Dios). De modo que –p. e.- citar y recurrir a algunos trabajos de Nicolás Márquez y de Luis Labraña no me convierte en liberal ni en marxista.
Afine su metanoia, amigo.
Recapitulando: No es que seamos ¨nacionalistas de opereta¨, como quiere Mazzieri y tantos otros. Sucede que para nosotros primero está Dios y, luego, la Patria. Recién después, en tercer lugar, loshombres; falibles por naturaleza y sujetos a ser cuestionados y/o criticados –cuando cuadre-, sin convertirnos por ello en apátridas o idiotas útiles al imperialismo británico.
Afortunadamente, no todo el peronismo nacional piensa de esa forma.
Pero evidente y tristemente, pareciera que el mentado orden jerárquico es algo que cierto sector del peronismo recalcitrante rehúsa aceptar.
Nosotros no estamos dispuestos a negociarlo.
Los saludo atte.
Cristián Rodrigo Iturralde
NOTAS:
[1] Puede consultarse íntegro en el siguiente sitio:http://www.pablodavoli.com.ar/ateneocruzdelsur/intranet/libros/Peronistas.pdf. Ya, desde el vamos, confieso que me predispuso mal el título del mismo. Porque una cosa es decir ¨ni yankees ni marxistas, ¡nacionalistas!¨, otra muy distinta es el slogan puesto por el autor, como si la figura de Perón estuviera por encima de la patria. No sé… yo jamás he oído a nadie canturrear ¨ni yankees ni marxistas, ¡rosistas y sanmartinianos!¨
[2] No he visto en la bibliografía consultada por el autor trabajos indispensables para el estudio de esta materia, como podrían ser los de Julio Irazusta, Joseph Page, Robert Potash o los voluminosos tomos que al respecto han escrito Félix Luna o Hugo Gambini. También podría agregar los de Enrique Díaz Araujo. Sin ser quien esto escribe un experto en ¨peronismo¨ ni mucho menos, entiendo que son obras de cabecera que bien deberían haberse complementado con las que el autor ha consultado. El reciente libro de Nicolás Márquez, Perón el fetiche de las masas, para el que se ha consultado no menos de cinco decenas de libros, a favor y en contra del ex presidente, contiene valiosísima documentación. Pero en este caso Mazzieri quedaría disculpado ya que su libro fue escrito con anterioridad al de Márquez. Empero, sería bueno que lo leyera y, si lo cree conveniente, refute lo que crea equivocado.
[3] Supongo que en parte esto podría ser disculpado por la juventud del autor y la sincera pasión con que escribe; entusiasmo que cuando no controlado, nubla los sentidos aun del más apto. Yo mismo he sido y soy preso de esa inclinación en no pocas oportunidades. No obstante, cuando caigo en cuenta de ello, procuro emendar mi error.
[4] Faltaría nomás que algún Umpa Lumpa diga que Rosas no fue un patriota porque no tuvo su carnet de la Unidad Básica al corriente, y cartón lleno, ¡Estamos sonados!
[5] Citado en RUIZ MORENO, ISIDORO J: “La Revolución del 55”. Buenos Aires; Claridad, 2013. Pág. 761