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viernes, 19 de julio de 2019

LA VENTANA DEL SENADO: Conciencia moral y "buenos frenos"



"Si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí,sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar"._
(Mateo 18, 6)

                En el transcurso de la semana pasada se hizo público a través de la cuenta de Twitter del Senado de la Nación, un mensaje que dejó pasmados a muchos por lo que deliberadamente allí se decía respecto de la conducta de los pedófilos. El mensaje era claro: “Hay pedófilos que tienen conciencia moral y buenos frenos, y saben que llevar adelante su deseo genera un daño en otros, los abusadores son quienes carecen de esos frenos”.
                Estas palabras no fueron proferidas por cualquiera, sino por ni más ni menos que el coordinador de psiquiatría en el Centro Privado de Psicoterapias de Buenos Aires, Sergio Grosman. Lo curioso, es que el planteo tiene un trasfondo moral. Es decir, se habla explícitamente de que hay depravados que tienen conciencia moral y “buenos frenos”. Dicho de otro modo, el deseo sexual hacia los niños es algo que está bien cuando se lo reprime y no se lleva al acto.
                Lo curioso de esto es que no es nada nuevo. No se trata de un error de tipeo, una frase sacada de contexto o que arbitrariamente forzamos las citas y le hacemos decir lo que en realidad no dice. Para nada.
                Unas cuantas décadas atrás, la pensadora Sulamith Firestone apoyando la relación pedófila se atreve a poner dos límites para la misma: el límite del consentimiento del niño y el límite biológico. La estrategia es clara, pone a la par la capacidad emocional, volitiva, sexual del niño al del adulto. En nuestro caso se equipara la conducta sexual del pedófilo, con el deseo sexual natural o antinatural, pero que en este caso involucraría la relación adulto e infante.
                En Holanda se argumentó algo similar cuando los sexólogos Erik Van Beek y Rik van Lunsen, sugirieron que sea el Estado el que controle, produzca y distribuya contenido erótico a pederastas, porque si se produce contenido sexual “virtual” bajo el control del gobierno, “se podrá ofrecer a los pederastas una forma de regular sus pulsiones sexuales”. En otras palabras, los pedófilos no son malos, hagamos políticas para que controlen sus buenos deseos.
                No es la primera ni la última vez que se llevan a cabo estas estrategias para que el mundo comience a ver con buenos ojos lo que realmente es perverso. Es curioso que existan redes de pedófilos que pretenden normalizar y blanquear su status ante la sociedad, e incluso con nombres sugerentes como “Pedófilos virtuosos” (Virtuous Pedophiles). Ellos dicen “fantasear sexualmente con niños” y garantizan no tener sexo con ellos, dado que “se esfuerzan” por no materializar el acto y limitar el deseo solo a un “erotismo mental”. Han llegado a dictar “talleres de reflexión” para mantener el “autocontrol”, o dicho en palabras del propio Grosman, para mantener los “buenos frenos”.
                Creemos que nada sucede por azar y que el famoso post el Senado fue maliciosa y detenidamente planeado, evaluado, medido, pesado en sus consecuencias y publicado con absoluta deliberación. ¿Por qué? Se preguntarán algunos…
                Existe la famosa teoría política denominada “ventana de Overton”, mediante la cual se puede llegar a legitimar y hacer tenidos por buenos los vicios más calamitosos pasando por distintos pasos: de lo impensable a lo radical; de lo radical a lo aceptable, de lo aceptable a lo sensato, de lo sensato a lo popular, de lo popular a lo político. Una de las estrategias consiste en probar, mediante lo que es inaceptable a la sociedad, cuál es el punto máximo de tolerancia de la masa que se quiere dirigir y, a partir de allí, avanzar en grado de perversión mientras la sociedad se acostumbra a los nuevos paradigmas.
                Posiblemente desde nuestro Congreso se haya abierto una ventana, para medirnos y a través de la cual introducir ya no la educación sexual, la contranatura o la ideología de género, sino también la pedofilia. A nosotros nos resta, con nuestra lucha inagotable y sin fin, al resguardo del Dios de los ejércitos, cerrar la ventana a la perversión.

Eduardo Peralta.
17 de julio, 2019.

Editorial del 17 de julio, 2019. 5° edición de “La Batalla del Amor”, por FM 87.9 Mz – Radio Madre de Dios – http://www.radiomadrededios.com.ar/envivo/ – Facebook: La Batalla del Amor y Ola Celeste San Juan Argentina – Instagram: @batalladelamor @olacelestesanjuan @olacelestejoven – Teléfono: 254 – 5093650



martes, 9 de julio de 2019

LIBERTAD ¿PARA QUÉ?: "¡MALDITA SEA TAL LIBERTAD!"


“La independencia no puede ser el bien supremo y absoluto de la nación, ni su primer bien. La independencia puede, sin duda, ser una condición decisiva de su más hermoso desarrollo. (…) La independencia puede, incluso, ser una condición indispensable para que sobreviva la nación. Pero no es ni puede ser la razón suprema y decisiva de la existencia profunda y del bien real de la nación. Esto es evidente para quienes creen en la existencia de un orden natural de las cosas.”
(Jean Ousset)


                “Libertad, libertad, libertad…” Numerosas veces escuchamos frases o discursos que traslucen la miopía histórica y hermenéutica de la gran mayoría de quienes creen saber lo que sucedió en tiempos de la Independencia y lo que significó realmente. Es por ello que abunda al respecto la confusión o el error. No vamos a detenernos para analizar esos pormenores. Permítasenos, mientras tanto, poner en relieve algunas palabras poco conocidas o, quizás, omitidas por designio voluntario, del General San Martín; a quien cabe el mote de “Libertador”.
                En abril de 1816 afirma: "¿Hasta cuándo esperamos nuestra independencia?”. Y tan solo una semana después de la declaración de la Independencia en Tucumán el General le expresa a Godoy Cruz, quien fuera entonces diputado por Mendoza ante el Congreso: “Ha dado el Congreso el golpe magistral, con la declaración de la Independencia. Sólo hubiera deseado, que al mismo tiempo hubiera hecho una pequeña exposición de los justos motivos que tenemos los americanos para tal proceder”. Quizás ello hubiese atenuado al menos la confusión histórica.
                Pero más que la confusión o desviación en materia histórica nos duele también la desdicha moral que asola sobre la Patria, debemos reiterarlo. Quizás puedan servir de auxilio las palabras del mismo San Martín, quien en una misiva del 1° de febrero de 1834 a su amigo Tomás Guido, sostiene palabras conmovedoras e incisivas. Allí se denuncia la “liberalidad” de los principios y las calamidades producidas. “¿Qué importa que se repita hasta la saciedad que vivo en un País de Libertad, si por el contrario se me oprime?”. Es imposible no leer la epístola sin dimensionar lo que sucedía por entonces, pero también lo que sucede en nuestros tiempos.
                “¡Libertad! Désela V. a un niño de dos años para que se entretenga por vía de diversión con un estuche de navajas de afeitar, y V. me contará los resultados”. Es un vicio de la sociedad actual el prodigarle derechos que no tiene y concederles perniciosos pasatiempos a nuestros niños. Todo en nombre de la mentada libertad. Libertad para elegir, para no ponerles límites en la educación familiar ni en las horas escolares. No sólo se les da la navaja a los niños, sino que se los intenta apuñalar por sus espaldas con ideologías malsanas.
                “¡Libertad!, para que un hombre de honor se vea atacado por una prensa licenciosa, sin que halle leyes que lo protejan y, si existen, se hagan ilusorias”. Sabemos que el hombre justo, la persona honesta, tarde o temprano terminará sintiendo el peso del yugo de una prensa vendida y comprada por el enemigo; siendo víctima de leyes inicuas y contradictorias.
                “¡Libertad!, para que se me dedico a cualquier género de industria, venga una revolución que me destruya el trabajo de muchos años y la esperanza de dejar un bocado de pan a mis hijos”. Generaciones pasan con sus enormes sacrificios cotidianos y la revolución de las costumbres, de los principios éticos, del orden social, socava nuevamente, una y otra vez, el Bien Común de la Nación.
                “¡Libertad!, para que se me cargue de contribuciones a fin de pagar los inmensos gastos originados porque a cuatro ambiciosos se les antoja por vía de especulación hacer una revolución y quedar impunes. ¡Libertad!, para que sacrifique mis hijos en disensiones y guerras civiles”. Víctimas de una economía que premia al injusto y condena al trabajador. Esclavos económicos fluctuantes del liberalismo o del marxismo, vemos el constante accionar del Poder Internacional del Dinero.
                “¡Libertad!, para verme expatriado sin forma de juicio y tal vez por una mera divergencia de opinión. ¡Libertad!, para que el dolo y la mala fe encuentren una completa impunidad, como lo comprueba lo general de las quiebras fraudulentas acaecidas en ésa”. A nadie se le ocultan las “quiebras fraudulentas” de nuestros días, ni mucho menos la mala fe impunemente deambulando por los rincones de los ministerios nacionales, entre tantos lugares. Ser expatriado en la actualidad puede ser también ser víctimas del “despatriamiento”, de la negación de la Patria tal cual fue fundada. Significa ver oculto el brillo fe los fulgores primeros, detrás de los dogmas liberales ponderados en los manuales de historia.
                “Maldita sea tal libertad, no será el hijo de mi madre el que vaya a gozar de los beneficios que ella proporciona”. Nuestros hijos deben ser protegidos de los que amparados bajo la bandera de los derechos y de la libertad, promueven el más extremo libertinaje. Los “beneficios” de la libertad mal entendida no son otra cosa que el vandalismo y atropello hacia los principios éticos y de la moral cristiana. Son la negación del Decálogo, la amputación del Orden Natural.

                Finalmente nos queda meditar en el final de la carta que venimos mencionando. Dice San Martín que estos males permanecerán “hasta que sea establecido un Gobierno que los demagogos llaman TIRANO, y me proteja contra los bienes que me brinda la actual libertad”. Y dice luego que “el hombre que esetablezca el orden en nuestra Patria: sean cuales sean los medios que para ello emplee, es él solo que merecerá el noble título de libertador”. Nótese que se utiliza el término “llaman”, no “llamarán”. Esto es así dado que el mandato al que se refería el General no era otro que el de Juan Manuel de Rosas, quien luego reafirmaría su mandato a partir de 1835. No es una novedad que el Brigadier General fuese tildado de “tirano”, entre otras cosas. Sin embargo es preciso recordar que el “Restaurador de las Leyes” fue quien restituyó los bienes a la Iglesia, pero sobre todo, quien afianzó el orden de las costumbres y de la moral basadas en la buena Fe y en una Santa Causa. El reconocimiento por su desempeño en la defensa de la Soberanía también le valió que San Martín le otorgase el sable que lo acompañó en toda la campaña libertadora. Después de su derrota vendrían nuevamente a nuestro suelo los hermetismos cipayos de las logias y de los “organizadores nacionales”.
                Es aquél hombre a quien todos llaman tirano quien afirmaba que “la filosofía política y moral se extraviaría confusamente sin la luz inefable de la Fe y el fervor de la caridad cristiana”[1]. Es quien advertía que “hay que estar vacunado contra la enfermedad política que se llama Revolución, cuyo término es siempre la descomposición del cuerpo social”[2]. Es, por último, quien repulsa a “los que profesan ideas falsas, subversivas de la moral o del orden público”[3], porque se preguntaba: “¿Es que se quiere acaso vivir en la clase de la licenciosa tiranía que llaman libertad, invocando derechos primordiales del hombre, sin hacer caso del derecho de la sociedad a no ser ofendida?”[4].
                ¡Cuánta actualidad tienen estas palabras!
                Sigamos pensando la Patria, sigamos obrando en su favor para que no sea diezmada por el libertinaje y el liberalismo corruptor.
Eduardo Peralta.
9 de julio de 2019.




Mensaje especial del martes 9 de julio de julio de 2019.
"La Batalla del Amor”, Ola Celeste San Juan – FM 87.9 Radio Madre de Dios).
Programación: martes, 21 hs. Repetición: sábados 12 hs.
En vivo: 
http://www.radiomadrededios.com.ar/envivo/Facebook: La Batalla del Amor – Ola Celeste San Juan Argentina.
Instagram: @olacelestesanjuan
Teléfono: 264 – 5093650


 

[1] Carta a Guillermo Brent, del 11 de febrero de 1846.
[2] Carta a Josefa Gómez del 5 de agosto de 1868.
[3] Carta a Josefa Gómez del 12 de mayo de 1872.

[4] Carta a Josefa Gómez del 17 de diciembre de 1865.

jueves, 27 de junio de 2019

DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO, LA ESCUELA Y EL HOGAR CRISTIANO


“Si yo tuviera un hijo
le daría un buen caballo,
para huir de las escuelas,
los pedantes y los diarios.”
(P. Leonardo Castellani)


            Pasada la festividad del 25 de mayo se dio a conocer lo que una profesora de E.S.I (educación sexual integral) hizo con sus alumnos para conmemorar el día patrio.
            La docente tuvo la original idea de hacer que sus alumnos cambien los roles en el baile tradicional folclórico que tenemos los argentinos, y todo esto en el marco de un acto escolar en frente de los directivos, docentes, padres y todo el alumnado.[1]Desde ya podemos ir reparando que esta inversión de roles es un fruto de la ideología de género y de una filosofía de la emotividad que vienen ganando muchos adeptos en estas últimas décadas.
            Esta propuesta de invertir los roles de sexos[2] en el baile tradicional ha generado distintas reacciones:
            Para quienes son open mind como la docente y los idearios de las planificaciones áulicas de la E.S.I., esta danza entre varones vestidos de paisanas y mujeres vestidas de gaucho ha sido algo maravilloso, un gesto valeroso de parte de la profesora y los alumnos, motivo para celebración y aplausos. Mientras que para quienes aún conservamos el sentido común y amamos las buenas cosas de nuestra cultura y tradición este acto ha sido desagradable, ha generado bronca, tristeza y preocupación por ver lo que pasa y lo que seguirá reiterándose si la ideología de género continúa ganando terreno en la educación y en la cultura en general.

Imagen del baile con roles invertidos, dentro de la institución educativa.

            Para quienes todavía tenemos reservada la espada para desenvainarla y defender que el pasto es de color verde, este tipo de eventos no se nos pasa por alto.
            No somos pocos los que consideramos que la idea de la docente ha sido patética. En pos de un pensamiento progresista, lo único que provoca este tipo de actos es un manoseo del orden natural, una promoción de la confusión y la falsedad, y, en este caso en particular, resulta también una burla a las tradiciones y buenas costumbres que tenemos en Argentina.
            "¿Por qué no nos molestaba tanto que haya nenas disfrazadas de gaucho y que los varones se pongan polleras y hagan de mujeres es un problema?", preguntó retóricamente la docente en una entrevista radial que tuvo después de hacerse conocido el video del acto. Claramente para ella no hay nada de malo, ni preocupante o molesto en lo que armó con sus alumnos. Siendo así, para mí que la señora no tiene buen juicio de realidad y tampoco claridad de conciencia, y por eso no debería ser docente, directamente.
            Si esta profesora que dicta E.S.I. junto con los promotores de la ideología de género piensan y obran con tal cordura, en parte, porque quieren ser open mind, podemos repetirles con Chesterton que “el fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es llenarla con algo valioso”, no para llenarla con bazofia ideológica. Quizá el afán de ser personas con mente abierta les haya hecho perder parte del cerebro y no se dan cuenta del daño que están haciendo.
            Ahora bien. Poniéndonos a  dilucidar mejor el problema, atendemos cómo este innovador y repugnante cambio de roles no queda reducido a una noticia polémica o a la publicación de Twitter de la hija de la docente -quien fue la primera que dio a conocer lo que hizo su madre-, sino que es un hecho que trasciende al momento presente y se proyecta hacia el porvenir.
            El marco de la puesta en escena del intercambio de roles fue el Instituto Secundario General Belgrano, ubicado en Escobar, Buenos Aires. Allí estaban presentes las autoridades del establecimiento educativo, docentes, alumnos, padres de los chicos y demás asistentes. Esto tiene una particular relevancia, porque en circunstancias con tales características los chicos ganan con mayor facilidad la aprobación social y moral a la ideología de género. Podría decirse que ahora hay una camada más de alumnos que fueron aplaudidos por travestirse, y que en su psicología han asimilado que “no tiene nada de malo experimentar distintos géneros”. En estos momentos, la mayoría de los que allí estuvieron, estudiantes o no, bajaron la guardia ante la perversión que trae consigo este sesgo ideológico. Es una muestra más de que la ideología de género se va instalando en todo el tejido social y lamentablemente el pronóstico es que seguirá creciendo mientras no hagamos algo respecto.
            Esa es una de las razones por las cuales este tipo de noticias merecen nuestra atención. Tenemos que dejar de ser las ranas que van cocinando a fuego lento en la olla. Más bien debemos mirar con preocupación y repudio esto que parece un juego; porque la emotividad y sensualidad le va ganando las riendas del carro a la razón y vamos generando una cultura que no quiere pensar y vivir bien sino que quiere nuevas sensaciones; en este caso concreto han querido experimentar “qué se siente vestirse de mujer” o “qué se siente ser como un hombre”, y ni más ni menos que dentro de una escuela.
            Notemos que la escuela moderna, que parece tener como norma hacer de  los educandos personas que no aprendan a pensar sino a descubrir nuevas sensaciones, está promoviendo o condescendiendo con un desorden que trascenderá con tristes consecuencias en la vida de los alumnos. Una educación afiliada a la ideología de género y a una filosofía emotivista llevará a los niños y jóvenes a la ruina moral y espiritual, porque bajo un criterio emotivo los alumnos también llegan a la búsqueda de una nueva sensación probando la marihuana, el éxtasis, conociendo qué se siente estar borracho un fin de semana, mantener relaciones sexuales casuales y promiscuas en una salida de boliche o en un viaje de egresados, como para dar algunos ejemplos tristemente reales y frecuentes...
            En este sentido, resulta un aporte entender que los jóvenes caen en muchos desenfrenos precisamente por la búsqueda de nuevas emociones. Respecto a esto, recuerdo que el año pasado asistí al “1° Congreso tabaco salud del cono sur”. En el mismo se expuso una investigación en la que tomé conocimiento de que la mayoría de los escolares argentinos daban a conocer que el motivo por el que habían comenzado a fumar (tabaco o marihuana) era justamente por el hecho de buscar una nueva sensación.[3]
            Asimilando este dato al análisis que venimos haciendo, indudablemente podemos pensar en la posible degeneración de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos en los años venideros; degeneración que surgirá precisamente por no haber sido educados en las virtudes que llevan al dominio de sí en pos de conseguir un bien real y honesto.
            Podemos advertir que el avance de la ideología de género y la filosofía del emotivista -ese que se adhiere a la moral más afín con sus emociones- no es algo que se está dando de forma focalizada en algunas provincias de la Argentina. Se instala progresivamente y de forma sistemática y más aún al valerse de la Educación Sexual Integral para trabajar desde allí con los intereses ideológicos.
            Son numerosos los casos que podríamos enumerar para reconocer más este progreso ideológico en las escuelas. Reconozcamos otro hecho escolar que tuvo lugar también en Bs. As. el año pasado en el Colegio Modelo de Mármol. Allí los varones se vistieron con polleras para “tener empatía”[4] con sus compañeras a quienes se les había pedido que no usen polleras cortas.[5] El lector podrá sacar sus propias deducciones al ver la imagen y revisar la noticia.
Alumnos "empáticos"

            Para no reducir la educación ideologizada a nuestro país,  atendamos a otro caso más reciente que se ha dado en México, donde la Jefe de Gobierno de la capital del país guadalupano ha pedido que se implemente desde el 10 de junio pasado el uso del uniforme neutro. Ella dijo: “Creo que quedaron atrás las épocas en donde las niñas tenían que tener falda y los niños tenían que traer pantalón. Yo creo que eso ya pasó a la historia. Los niños pueden traer falda si quieren, y las niñas pueden traer pantalón si quieren. Esa es una parte de la equidad, de la igualdad”[6]
            Ver estos casos despierta un lamento, una preocupación, quizá también la indignación o impotencia...
            A todos los seguidores de las innovadoras ideas de cambio de roles y uniformes, especialmente a los padres y docentes responsables de la educación, me parece oportuno recordarles -sean creyentes o no- que en Deuteronomio (22; 5) se dice La mujer no se vista de hombre, ni lleve el hombre vestido de mujer; porque quien tal hace es objeto de abominación para Yahvé, tu Dios.” A lo cual Monseñor Juan Straubinger comenta: “La mujer que se viste de hombre, y viceversa, el hombre que se viste de mujer, no solamente violan las buenas costumbres, sino que hacen una cosa abominable delante de Dios; la mujer, porque se despoja del mejor amparo de su pureza; el hombre, porque da a conocer que padece de sentimientos perversos. La Biblia eterna condena las costumbres de nuestros tiempos.”
            No obstante lo que venimos comentando, no deberíamos reducir la introducción de la ideología de género a un cambio de roles y vestimenta. Esto es sólo una cuota de todo lo que nos va a costar el avance ideológico. Mejor resulta sacar una conclusión más profunda de este análisis, y no quedarnos en lo exterior y polémico.
            Estas corrientes de pensamiento y modas desatinadas esparcidas en el suelo de una sociedad relativista y que se conducen con una moral emotiva, probablemente suframos las siguientes consecuencias:
1) La destrucción del pensamiento realista. Llegaremos a un estado en el que ya no será fácil distinguir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo falso y lo bello de lo feo. Las inteligencias perturbadas, con cuantioso trabajo  reconocerán las cosas como son, a causa del uso de “autopercepción” y el binomio “construcción - deconstrucción”
2) La decadencia moral y el debilitamiento de la vida cristiana. La fe y la razón, esas dos alas por las que nos elevamos para conocer la Verdad y el Bien, serán apedreadas constantemente para que no tomen vuelo... ¿Qué lugar tendrá Dios y sus enseñanzas en un mundo así?... Estimo que este será el costo más caro que tendrán que pagar los hombres por haber contemporizado con la ideología de género y la filosofía de la emotividad. De este hecho derivarán el resto de los desastres.
3) El profundo deterioro de las relaciones humanas. Especialmente el vínculo entre el varón y mujer será el más atacado y desvirtuado, perdiendo su sentido natural y sobrenatural, y consecuentemente la desintegración del Matrimonio, la maternidad y la paternidad, la crisis de la familia...
4) La pérdida de la libertad. De manera impositiva y tiránica, la ideología de género se va introduciendo en la salud, en la educación, el ámbito laboral, las leyes y las costumbres. Es un hecho de cual ya  somos testigos al ver que los profesionales de distintos ámbitos son privados  de su libertad, por ejemplo, para ejercer la objeción de conciencia.
            Estas cuatro consecuencias generales vendrían a ser las más relevantes y generales, pero la enumeración de los daños continúa, no termina en esos cuatro puntos.
            A esta altura en la que podemos ir previendo el rumbo de la educación que le abre las puertas a confusión y la falsedad, el lector se podría preguntar: “entonces, ¿qué pueden hacer los padres con sus hijos?”... Diría que no resulta fácil responder a esta pregunta con propuestas concretas y completas. No hay fórmulas garantizadas. Sin embargo, podemos brindar algunas sugerencias de lo que se viene pensando y haciendo:
            En primer término se debe tener plena conciencia de que el ambiente educa, y por eso no son pocos los padres que hacen el sacrifico por mandar a sus hijos a buenos Colegios de confianza para educarlos bien y preservarlos, hasta cierto punto. Digo hasta cierto punto porque no hay que caer en la creencia de inmunidad. Hasta el mejor ambiente es vulnerable.
            Otra propuesta es la de aquellos que han comenzado a trasladarse con sus familias a barrios donde se han formado comunidades de amigos que tienen un mismo pensar y sentir en la vida fe, las costumbres, la educación. Ellos han decidido por establecer sus hogares entre otros hogares con los que puedan compartir ideales y estilos de vida. Estas personas han visto que “lo que importa ahora es la construcción de formas locales de comunidad, dentro de las cuales la civilidad, la vida moral y la vida intelectual puedan sostenerse a través de las nuevas edades oscuras que caen ya sobre nosotros. Y si la tradición de las virtudes fue capaz de sobrevivir a los horrores de las edades oscuras pasadas, no estamos enteramente faltos de esperanza”, tal como dice MacIntyre en su libro “Tras la virtud”.
Gran Bretaña

            Otra opción que debemos atender es la del homeschooling. Es notorio el interés creciente por este método que ha dado buenos resultados en Estado Unidos y que acá en Argentina ya lo vienen implementando varias familias en los últimos años.[7] Creo que finalmente muchos terminaremos por asumir que la escuela en casa, a pesar del sacrificio y renuncia que implica, será lo mejor para toda la familia. Todo lo que vale la pena, requiere un esfuerzo. Haremos cual Hombre del sillón de “El despertar de la señorita Prim”, quien en la novela decía: “Educo a mis sobrinos personalmente porque estoy decidido a darles la mejor formación posible…Mi única intención es que los niños puedan convertirse algún día en todo aquello que la escuela moderna se ve incapaz de producir.”
            La mención de estas alternativas de educación está hecha en favor de no quedarnos en la queja y ver lo que podemos ir considerando desde ya, antes de que sea demasiado tarde.
            Cabe en otro apartado hablar de las mejores propuestas para educar viendo las ventajas y desventajas de cada una.
            Lo importante es tomar conciencia que la crisis educativa está en progreso e impacta en toda la cultura. Siendo así, no podemos permitirnos quedarnos manos en bolsillo contemplando cual Heráclito cómo todo pasa.
            No está demás dejar como advertencia que la preocupación por la situación crítica no debe llevarnos a una paranoia. Los educadores paranoicos depositan miedo en los educandos. De hecho existen casos en los que terminan generando reacciones totalmente opuestas a lo que se busca: rebelión, ateísmo, indiferencia, celo amargo...Por eso, la prudencia de cada padre o maestro será clave para dar una educación clara, profunda y firme pero no enfermiza.
            Es indudable que para preservar de la corrupción a los hijos siempre se deberá buscar la sal en el propio hogar, generando una cultura familiar cristiana en la  propia casa, donde esté presente el cultivo de la devoción por medio de la oración común; el cultivo de las virtudes morales cristianas reflejadas en los mismos padres y en el Flos sanctorum; y el cultivo una forma mentis católica, con una buena catequesis y creando el hábito de la lectura para sacar provecho a la inversión monetaria que hagan en buenos libros que atesorarán en la biblioteca familiar[8].
            “Creo que lo más importante es considerar el hogar como un monasterio doméstico, como un lugar en el que todo debe estar dirigido a encontrar a Dios.”[9]
            Por último, es necesario atender que este hogar cristiano, ambiente primario y natural de la educación,  se trata, entonces, de una empresa librada por amor; pero no de ese amor sensiblero propio de una espiritualidad emotiva, sino de ese amor sacrificado y verdadero que es un acto de la voluntad y que se llama Caridad. Sólo una familia que sea sede del Amor se salvará.

C.F.M. 18/6/19



[2] No utilizo la palabra género porque no consiento con tal pensamiento ideológico. Disculpe por ser políticamente incorrecto.
[4] La empatía  se ha vuelto un término que forma parte de la filosofía del emotivista y del discurso de los adeptos a la ideología de género. Se trata de un concepto que ahora es manipulado con oportunismo ideológico, tal como los conceptos de igualdad, respeto, tolerancia, entre otros. La Psicología positiva conceptualiza la empatía, de manera adecuada, dentro de la inteligencia emocional diciendo que se trata de alegrarse con el que se alegra, dolerse con el que se duele, etc. Pero desde la ideología se lo emplea como un término más para volverse cómplice o copartícipe de los intereses del movimiento LGTBQ, y que muchas veces termina en la estupidez... El caso de los muchachos del Colegio de Mármol es un claro ejemplo de cómo la “empatía” lleva a la coparticipación y a lo ridículo.
[7] Para los que quieran ir conociendo la situación legal del homeschooling en Argentina facilito el siguiente link: https://educoencasa.com/se-puede-legalmente-educar-en-casa-en-argentina/
[8] Mientras transitamos una etapa de apogeo dentro la Era digital,vemos que los padres de familia invierten buena parte de sus sueldo en IPhon’s, PlayStation, Tablet’s, Smart Tv y les pagan la cuenta de Netflix a sus hijos para que maten el tiempo, es necesario invertir más en la compra de buenos libros para ellos y brindarles el espacio y tiempo para la lectura hasta que se les vuelva un hábito. Una biblioteca con libros escogidos será, entonces, una de las mejores inversiones que hagan para su familia, que luego se volverá una preciosa herencia para muchos.
[9] Así lo dijo Rod Dreher, el autor del libro  “La opción benedictina”.

domingo, 26 de mayo de 2019

CONOCIENDO A J.R.R. TOLKIEN

            
         Pronto se estrenará en Argentina la película de J.R.R. Tolkien.
     Personalmente tengo mucha expectativa e interés por verla. Esperaría que tenga fidelidad sobre la historia de vida del autor del Señor de los Anillos. Algunos ya tienen el pálpito de que podrían no mostrar un aspecto clave de su vida: su fe católica, la influencia de su piadosa madre y de su tutor, el       Padre Francis Morgan. Sea cierto este pálpito o no, igualmente me quiero anticipar a sugerir dos obras que ayudan a entender la vida Tolkien:
Por un lado, el compendio de "Cartas escogidas de J.R.R. Tolkien" que elaboró Humphrey Carpenter. De esta primera sugerencia diré que es muy interesante leer sus correspondencias y es un reflejo fiel de los pensamientos y sentimientos de este genio de la literatura. En esta compilación antológica, se puede encontrar la carta 213,  del  25 de octubre de 1958, donde el  mismo autor de El Hobbit se describe y define a sí mismo:

    “(...) Y hay unos pocos hechos fundamentales que, por secamente que se expresen, son en verdad significativos. Por ejemplo, nací en 1892 y viví mis primeros años en «la Comarca» en una era premecánica. O, lo que es todavía más importante, soy cristiano (lo que puede deducirse de mis historias), y católico apostólico romano por añadidura. El último «hecho» quizá no pueda deducirse; aunque un crítico (por carta) aseveró que las invocaciones a Elbereth y el personaje de Galadriel, tal como está descrito directamente (o a través de las palabras de Gimli y Sam), estaban claramente relacionados con la devoción católica por María. Otro vio en el pan del camino (lembas) = viático y la referencia a que nutría la voluntad (Vol. III, pág. 281) y a que es más potente cuando se está en ayunas, un derivado de la Eucaristía. (Esto es: cosas mucho más grandes pueden dar color a una mente cuando trata los detalles menores de un cuento de hadas.)
     Soy, de hecho, un Hobbit (salvo en tamaño). Me gustan los jardines, los árboles y las granjas no mecanizadas; fumo en pipa y me agrada la buena comida sencilla (sin refrigerar), pero detesto la cocina francesa; me gustan los chalecos ornamentales en estos tiempos opacados, y hasta me atrevo a llevarlos. Me satisfacen las setas (recogidas en el campo); tengo un sentido del humor muy simple (que aun los críticos que me aprecian encuentran fatigoso); me acuesto tarde y me levanto tarde (cuando me es posible). No viajo mucho. Me encanta Gales (lo que queda de él cuando las minas y, aún peor, los recreos balnearios han hecho su obra), y especialmente la lengua galesa. Pero, de hecho, no he estado en G. por largo tiempo (sólo para cruzarlo camino de Irlanda). Voy con frecuencia a Irlanda (Eire: Irlanda del Sur), pues me agrada y me gusta (la mayoría de) su gente; pero la lengua irlandesa me resulta del todo desagradable. Espero que esto baste.”

    Por otro,  recomiedo el libro "Leyendo a Tolkien" del ilustre  Doctor en letras Jorge Norberto Ferro, católico y argentino, por cierto.  Libro al cual humildemente reconozco no haber leído más que una parte, pero el haber estado en algunas conferencias del profesor Jorge Ferro, me basta para sugerir con total confianza su lectura. Fíjese. El Dr. Ferro nos da más detalles sobre este genio de la literatura del que venimos hablando:

“(...) Frente a la observación de que no hay religiosidad en el ciclo del anillo, el autor [Tolkien] reacciona vivamente, al igual que ante el aserto de que en su obra no hay lugar para la mujer. No puede decirse tal cosa recordando la imagen de la dama Galadriel, que es central en la novela; o el amor de Aragorn y Arwen, o la compleja personalidad de la doncella Eowyn. Lo que no encontraremos será «sexo explícito», pues Tolkien, aunque esté bastante fuera de moda decirlo, era un hombre casto. Y para el hombre casto la mujer es un gran misterio, como lo era para Chesterton. Ambos, por otra parte, fueron grandes enamorados de sus propias mujeres. Y ambos tuvieron que sufrir cierto grado de maledicencia por ello.”

     Tanto “Las cartas escogidas” como “Leyendo a Tolkien” son fáciles de conseguir. En internet se encuentran los archivos en formato digital, ¡y gratis!
     Por último, debo decir que el motivo de esta sugerencia nace por un interés personal por conocer más al autor que a su obra. En otras palabras, la atracción ha sido más por la vida de Tolkien que por El Hobbit y toda la saga del Señor de los anillos. He querido atender a la grandeza de su alma antes que a su obra grandiosa. Y esto ha sido así debido a que un profesor de literatura me supo decir: "No se entiende El Señor de los anillos sin saber de Tolkien".


C.F.M.
14 de mayo, 2019.


miércoles, 8 de mayo de 2019

EL SANEDRÍN FEMINISTA: RÉPLICA A FRANCISCO ONETO (a propósito de la "Inquisición Feminista")

(por Eduardo Peralta)



EL SANEDRÍN FEMINISTA: RÉPLICA A FRANCISCO ONETO
(A propósito de la “Inquisición Feminista”)

“Timebo hominem unius libri”
“Temo al hombre de un solo libro”

(Santo Tomás de Aquino)
           

1. Contextualizando

         A veces es difícil medir qué puede causar mayor daño en  la lucha por la Vida y la Familia, si una mentira propinada por el bando contrario, o una media verdad defectuosa o mentira camuflada (por confusión, ignorancia o malicia, lo mismo da), salida de quienes se suponen están en nuestras filas. En muchas ocasiones escuchar una falacia o una frase salida del error liberal genera lamentablemente más daño y confusión o, al menos, no reluce la verdad con todo su esplendor. He aquí lo que nos mueve a hacer algunas observaciones para intentar evitar o remediar más confusión de la que hay, proponiendo, por qué no, una solución al respecto.
         Francisco Oneto es un abogado argentino que se hizo conocido, entre otras cosas, por expresarse abiertamente sobre el caso polémico que tuvo como protagonista al actor Juan Darthés. A partir de aquél hecho los grupos feministas, especialmente el que está ligado a la farándula, lo tuvo como un nuevo enemigo. Se convirtió en un abogado bastante mediático, acudiendo a distintos programas de TV, dando numerosas entrevistas en las que no faltaron cruces y disputas con panelistas y conductores, dejando al desnudo y sin valor los argumentos que se esgrimían en su contra. Por ello fue apodado en las redes por sus admiradores como el abogado nivel Dios.
         También dio algunas charlas o conferencias, acompañado incluso por Agustín Laje, hablando sobre aborto, feminismo e ideología de género[1]. Recientemente fue invitado a participar como disertante en el Primer Congreso Provida Internacional, realizado en la provincia de San Juan, el pasado 27 de abril.
         La crítica de Francisco Oneto apunta principalmente al movimiento feminista, acusándolo de hacer una especie de “caza de brujas” con quienes no comparten su postura. “No hay opresión  de la mujer Argentina”, “el feminismo es un movimiento totalitario”, ha dicho. Abiertamente se ha manifestado en contra del aborto, calificándolo de homicidio y crimen, denunciando también su inconstitucionalidad. Particularmente tiene un artículo interesante llamado “El aborto como accionar ilícito e inconstitucional” [2], aparecido en Infobae. El mismo es una réplica y argumentación a una nota aparecida en dicho portal gráfico, que tiene a Mónica Pinto por autora y lleva como título “No hay obstáculos constitucionales para la despenalización del aborto”[3].
         Se trata en definitiva de un hombre que se encuentra entre las filas “provida”. Sin embargo, volvemos a lo que alguna vez recordamos y comentamos: las buenas causas mal defendidas[4].

 2El argumento utilizado y su fuente

         Un tópico argumentativo de Francisco Oneto contra el feminismo es una comparación entre este último y la Inquisición[5]. Este recurso, según el abogado no pretende atacar a la Iglesia Católica, “yo soy católico”, dice. Tampoco distingue entre tal o cual inquisición, como él mismo refiere.
         Lo curioso del caso no es solamente la cuestión  histórica de la Inquisición o el Tribunal del Santo Oficio, sino la utilización del llamado Malleus Maleficarum o Martillo de las Brujas, para sostener tales afirmaciones. No pensamos que la cosa llegaría tan lejos. Sin embargo la problemática merece ser tratada.
         Al momento de escribir estas líneas nos hacen llegar una nota de Cristián Rodrigo Iturralde, quien consideramos una de las voces más autorizadas para hablar sobre el tema del tribunal inquisitorio debido a su obra Inquisición: tribunal de misericordia. La nota en cuestión se titula “Inquisición” no es sinónimo de “totalitarismo feminista” (sino justamente lo contrario)[6], y se afirma desde el principio que “aun siendo buena la causa seguida, no podemos para ello valernos de premisas falsas, y mucho menos si se siguiera de esto un perjuicio a la imagen de la religión fundacional de nuestra querida Patria y de la civilización occidental toda. Jamás nos olvidemos que el primer enemigo del marxismo -y sus variopintas fachadas- siempre ha sido la Iglesia Católica”. Allí el lector podrá encontrar argumentos en contra de las afirmaciones del abogado y fuentes a las cuales recurrir. Sin ánimos de repetir algunas respuestas a cuestiones ya refutadas por nuestro amigo, intentaremos dar otras tantas por nuestra parte al tema de la Inquisición, para luego proponer una posible solución.
         Veamos algunos tópicos o afirmaciones de Oneto para luego aclarar algunas cosas.
         El jurista parte del supuesto hecho de que el feminismo utiliza o intenta utilizar el control del poder punitivo. Si esto se logra se procede fácilmente a realizar la persecución contra la opinión disidente. “El feminismo se sostiene como se sostuvo el nazismo o la dictadura del 76”, como se sostuvo el comunismo en la ex Unión Soviética o el Fascismo, señala. Son movimientos que “se basan en el miedo” y para ello necesitan el control del poder punitivo, es decir, “la potestad que tiene el Estado para condenar a la gente”. “El caso típico fue la Inquisición”. “Yo soy católico –prosigue–, pero tenemos que reconocer nuestras falencias”. Lo curioso es que una falencia de Oneto es la imprecisión en cuanto a datos, nombres de autores, fechas, etc. La Inquisición “armó una estructura para legitimar la persecución por parte del Estado”, “este modelo se registró en un libro llamado Malleus  Maleficarum o el Martillo de las Brujas”, señalando que fue una especie de “manual” de la Inquisición.
         Hay que decir que el error acerca de la Inquisición parte en gran medida –casi en su totalidad– por la fuente utilizada: la obra de Eugenio Zaffaroni, La cuestión criminal. El agregado de Francisco Oneto es anexar a las afirmaciones de Zaffaroni la relación o parangón con el feminismo. No sabemos si se trata de un deslumbramiento que tuvo el joven abogado con el capítulo segundo y tercero del libro mencionado (El poder punitivo y la verticalización social y La estructura inquisitorial, respectivamente),[7] o que simplemente no encontró otra comparancia más sólida. Sin embargo, el paralelismo es del autor de fuente. Se remonta a un escrito de Zaffaroni todavía más específico y anterior: El discurso feminista y el poder punitivo[8].
         Las falacias y gruesos dislates históricos que en las páginas de Zaffaroni se contienen no podrían ser respondidos acabadamente en este artículo. Deberíamos limitarnos a mencionar y referir aquellas voces autorizadas en la materia que han dejado atrás todo tipo de subjetividad para analizar objetiva, precisa y acabadamente la cuestión de la Inquisición. Pese a ello y, sin ser nosotros eruditos en semejante materia, podemos hacer una síntesis de estos errores y responder los más notables o los que utiliza el mismo Oneto.
         El poder punitivo de carácter verticalista, dice Zaffaroni, no existió siempre ni en todos los grupos, sino que surge con el tiempo. ¿Acaso en la Edad Media? Pues sí. Y con la Inquisición cambia todo: “la verdad pasó a establecerse por interrogación, por inquisitio. El imputado debía ser interrogado, y si no quería responder se le extraía la verdad por la violencia, la tortura. Para eso habían secuestrado a Dios…, ya Dios estaba siempre del lado del que ejercía la violencia. El poder tenía atado a Dios, porque siempre hacía el bien” (La cuestión criminal, p. 37). El Papa, sigue  Zaffaroni, “masacró rápidamente a unos cuantos herejes… también se juntó con los franceses para fritar a los templarios y repartirse sus riquezas…” (p. 38). Pero pronto la inquisición se quedó sin trabajo y sin enemigo, entonces apeló a uno nuevo: Satán. Allí mismo se dice que San Agustín en Las dos Ciudades, sentó las bases y creó el caldo de cultivo donde florecería el Tribunal. Entonces, el Papa se valió del invento agustiniano para luchar contra Satán. Pero éste no actuaba solo, para eso utilizaba a las mujeres, por su puesto. ¿Cuál era el defecto de ellas según Zaffaroni?: “tenían un defecto de fábrica por provenir de una costilla curva del pecho del hombre, lo que contrasta con la rectitud de éste”. Allí es donde la inquisición “se dedicó a controlar a las mujeres díscolas y libró a la combustión a unos cuantos miles de ellas por brujas en casi toda Europa” (p. 39). Vale aclarar que don Eugenio nunca hace referencia bibliográfica alguna de sus afirmaciones, sino que las deja libradas al azar. Cosa común entre los que falsean la historia.
         Pero ¿dónde entra el Malleus Maleficarum y las mujeres? El Martillo es mencionado recién en el capítulo tercero, en el que supuestamente se detalla la estructura inquisitorial. Lo que hacían los demonólogos para liberar su poder punitivo era crear una emergencia desatada por Satán y sus colaboradores, por supuesto. “Aunque parezca mentira, agrega,  la estructura demonológica se mantiene hasta el presente” y comienza cuando se alega a una emergencia, como una amenaza que pone en riesgo la humanidad. Esta estructura estaría regida por el famoso Malleus Maleficarum, escrito en 1484. Más aún, es esta obra la que consagra la autonomía de la criminología respecto del derecho penal, exponiendo por vez primera en forma orgánica una completa teoría sobre el origen del crimen” (p. 43). Esta obra “se hallaba en la guía oficial de los quemadores de mujeres desde que el 5 de setiembre de 1494 el tenebroso Inocencio VIII lo había consagrado como tal mediante la bula Summis desiderantes affectibus” (p. 44). El Malleus terminó siendo, dice sin tapujos, un best seller y el libro más impreso después de la Biblia.


         Finalizadas estas líneas, Zaffaroni cae detalladamente en cada uno de los tópicos de la Leyenda Negra en torno a la Inquisición. Enumera el supuesto proceso o estructura inquisitorial: 1) El crimen que provoca la emergencia es más grave que el pecado original; 2) La emergencia sólo se combate con guerra; 3) La frecuencia alarma; 4) El peor criminal es quien duda de la emergencia; 5) debe neutralizarse cualquier fuente de autoridad que diga lo contrario; 6) si no se confesaba era por posesión diabólica; 7) el delirio es la coartada de la Iglesia para justificar sus desvaríos; 8) los modelos rectores eran inmaculados; 9) los enemigos, más aún las mujeres, eran inferiores; … 15) los inquisidores no admiten errores, quien es condenado es culpable y la condena es prueba suficiente; 16) cae toda ética frente al infractor; 17) los inquisidores son inmunes al mal que combaten; 18) el mal se prolonga en los hijos, de modo que “las parteras eliminaban a niños no bautizados para que no se complete el número de elegidos y se postergue el juicio final”; etc. Ésta es, dice el autor de La cuestión criminal, la síntesis de la estructura fundacional del poder punitivo ilimitado y “hasta hoy se ha mantenido en todas las fabricaciones de emergencias que se hicieron en los seis siglos posteriores”.
         A propósito de las mujeres, Oneto afirma que en la tercera parte del Malleus Maleficarum se dice que es suficiente el rumor público para llevar a la persona a juicio y que una defensa demasiado vigorosa es evidencia de que el acusado está embrujado. “Según el Malleus, prosigue, la mujer es peligrosa por su sexualidad”, y cita la página 493 de un capítulo titulado “Las Brujas”, correspondiente a un libro titulado Historia de las mujeres (Tomo III, “Del Renacimiento a la Edad Moderna”, Taurus, Madrid).
         Todo esto es lo que Oneto acepta sin más, aplicando alguno de los puntos a la persecución que ejercen los grupos feministas. Es fácil hacerlo, en principio encajaría a la perfección, no lo dudamos. Pero ¿históricamente fue tal como refiere Zaffaroni y toda la Leyenda Negra?

3. Respondiendo a algunos errores
          Como decíamos al principio, Cristián Rodrigo Iturralde no sólo escribió una obra analizando a fondo la cuestión de la Inquisición, sino que además respondió brevemente a Francisco Oneto. Respuesta que invitamos a leer. Sin embargo podríamos agregar o precisar, sin ánimos de repetir, algunas cuestiones[9].
         El primer paso en falso es seguir en un tema histórico a alguien como Eugenio Zaffaroni. El segundo es no cotejar sus afirmaciones y tomar sus postulados como un modelo acabado.
         Seguidamente tenemos la cuestión de las muchas inquisiciones. Debemos decir que estrictamente el título de “Inquisición” es más acorde al Tribunal español, por lo que hablar de inquisición refiriéndose al caso alemán, es al menos impreciso. Pero esto lo sabe Oneto: él mismo dice que no especifica tal o cual inquisición, sino que habla en general. Pues bien, esto es una equivocación metodológica: si se habla en términos generales no se puede utilizar luego, de modo global y de modo acabado, un ejemplo totalmente específico y determinado como el mentado Malleus, (sin tener en cuenta aquí su veracidad). Pero esto es error primero de Zaffaroni.
         Si la herramienta principal para esgrimir toda premisa es partir del libro Malleus Maleficarum, entonces se cae en error grueso. Básicamente porque este libro no llegó a ser lo que se afirma. Es decir, no fue el corpus procesual y metodológico de la Inquisición, como se da por sentado, sino todo lo contrario. Este libro fue escrito por el P. Heinrch Kramer, sacerdote dominico, con la colaboración de otro religioso de la misma orden llamado Jacob Sprenger, inquisidores alemanes de fines de Siglo XV. Debe tenerse en cuenta que las doctrinas y conductas de estos hombres, especialmente de Kramer, fueron rechazadas por la misma Iglesia e Inquisición. “Su puritanismo y sus opiniones acerca de la brujería eran consideradas extremas por la mayoría de sus contemporáneos”[10]. Tal es así que en 1485, luego de realizar en Innsbruck una investigación acerca del comportamiento sexual de 57 brujas, el obispo local decidió cerrar las investigaciones “diciendo que el diablo estaba más en el inquisidor que en las mujeres investigadas”[11]. Luego de un par de años se escribe el libro en forma de despecho y para ganar la confianza de sus pares. Pero hay que tener en claro que no se trató nunca y no puede tomarse como una guía de la creencia momentánea sobre las “brujas”, sino de “una opinión exagerada y minoritaria, escrita para convencer a la población en general de los peligros de la brujería”[12].
         El tema de las brujas es algo ya estudiado por los eruditos en la materia. Se sabe que en realidad no despertaron más preocupación que la herejía y las que fueron juzgadas, lo fueron por sospecha de error en la Fe. A partir de la mitad del siglo XV el Papa Nicolás V las incluiría en el tribunal, que les convenía por su suavidad[13]. Al respecto dice Cristián Rodrigo Iturralde:
    “En España, uno de los países donde más activamente trabajó la Inquisición, de las cerca de 125.000 personas acusadas de brujería, solo 59 fueron ajusticiadas (compárese con los reinos protestantes donde los ejecutados solo por delitos de brujería ascienden a 150.000)”[14]
         Pero hay todavía más. Porque muchas veces era la misma Inquisición la que defendía a las llamadas brujas, de los linchamientos populares. Esto ocurrió numerosas veces en la época. De allí que existieran tantas normativas que permitían proteger a los acusados o sospechosos, de ser linchados por el populacho furioso. Vitorio Messori al respecto ha señalado rotundamente:
    “Todo aquel que conozca la verdadera historia sabe que ocurría exactamente lo contrario; la Inquisición no intervenía para excitar al populacho, sino, al contrario, para defender de sus furias irracionales a los presuntos untadores o a las presuntas brujas. En caso de agitaciones, el inquisidor se presentaba en el lugar seguido por los miembros de su tribunal y, con frecuencia, por una cuadrilla de sus guardias armados. Lo primero que hacían estos últimos era restablecer el orden y mandar a sus casas a la chusma sedienta de sangre.”[15]
         Acerca del papel que jugaba la mujer en aquellos tiempos, basta que recordemos lo expuesto por Régine Pernoud, La mujer en los tiempos de las catedrales[16].
         Se ha dicho mucho sobre si la Iglesia apoyó o no la obra de marras. En particular se menciona y repite sin cansancio la Bula de Inocencio VIII Summis desiderantes. Lo cierto es que la famosa bula existe y allí se hace referencia no sólo a la superstición, sino también a las violaciones, abortos, hechizos y las negaciones del legítimo uso de la sexualidad dentro del matrimonio por corrientes puritanas. Pero jamás puede tenerse este documento pontificio por una aprobación de lo que contiene la obra de Kramer y Sprenger, y esto por un motivo muy sencillo: la bula fue escrita en 1484, el Malleus, en cambio, recién se editó tres años después. ¿Cómo es posible entonces que se afirme lo contrario? Más aún, ¿cómo es posible que Zaffaroni falsee la fecha deliberadamente cambiando el año de publicación de la Bula papal en 1494? ¡Una década después![17]
         Pero hay más. No sólo nunca recibió el apoyo de Inocencio VIII, sino que tampoco recibió el reconocimiento de la Facultad de Colonia, como se sigue coreando. Luego de que Sprenger solicitara la aprobación de la Facultad de Teología, la mismísima Inquisición “condenó rotundamente el libro diciendo que los procedimientos legales recomendados allí no eran, ni éticos ni legales, y que su demonología no era compatible con la doctrina católica”[18]. Sin embargo, Kramer insertó cuatro falsificaciones de firmas que le merecieron ser enjuiciado y condenado por el Tribunal en 1490.
         Quienes sí se valieron del mentado libro fueron los tribunales de enjuiciamiento de los países protestantes herederos de Lutero, Calvino y Enrique VIII. Allí sí hubo persecución y “caza de brujas”: 50 mil en total (25mil en Alemania, 4 mil en Suiza, 1500 en Inglaterra y 4000 en la Francia Jansenista)[19].
         Por último no está demás aclarar que el Papa no mandó a morir a nadie, como fabula Zaffaroni, sino que la sentencia de castigo, cualquiera sea, le correspondía al poder civil, no al eclesiástico. Tampoco era suficiente el solo rumor para condenar o enjuiciar a alguien. Al contrario, no se aceptaba la denuncia de cualquiera. Quien acusaba debía probar que decía la verdad. Cada uno de los testigos se analizaba rigurosamente y, si se comprobaba su falsedad, la pena era similar a la que hubiese recibido un reo culpable de herejía. Tampoco es cierto que los culpables no tenían derecho a defenderse, sino que muchas veces podían tener derecho a dos abogados. Un documento llamado Directorio, de Eymeric, inquisidor de Aragón, refiere que “el derecho a la defensa será permitido y de ningún modo negado, concediendo un abogado siempre honesto e incorruptible, experto en el derecho y celoso de la fe” [20].


4. Nuestra propuesta

         La mayor dificultad que se le presenta al Dr. Oneto, cuya intención no ponemos en juego, es que luego de haber sido refutados (una vez más), todos los puntos endebles de su argumento y razonamiento (o los de Zaffaroni), caídos los tópicos de la Leyenda Negra, en honor a la mayor honestidad intelectual que debería caracterizarle, le quedan dos posibles caminos: o sigue utilizando los mismos recursos didácticos, haciendo caso omiso a la verdad histórica y a una interpretación cabal de la misma, o bien, se atiene a los hechos históricos y documentados, aclarando cada punto y dejando atrás toda interpretación sesgada de la historia, atendiendo principalmente a que el fin no justifica los medios.
         Si Francisco Oneto decide rectificarse y corregir su modus operandi, quizás deberá tener un argumento más sólido y que pueda usarse en lugar del anterior. Es decir, si histórica y judicialmente las afirmaciones del abogado no sólo son incorrectas desde el punto de vista conceptual e histórico, sino también lógico, deberá modificar su accionar, nobleza obliga. Es cierta su queja: hay un modus operandi del feminismo abortero que funciona de modo sistemático para acallar las voces que piden justicia y las que dicen la verdad, como así también para matar criminal y cobardemente la vida de un ser inocente. Ejemplos de esto en nuestra historia los hay y de sobra, pero deberíamos poner un caso paradigmático que sea no sólo verdadero históricamente sino que se asemeje a lo que acontece hoy. Si Francisco busca, los va a encontrar, sin embargo le proponemos una alternativa argumental verdadera en el ser y en el acontecer.
         Además, el paralelismo entre feminismo e Inquisición ya ha sido utilizado por muchos. Es algo trillado, diríamos. Súmese a ello que es el mismo feminismo el que levanta el dedo acusador para culpar de inquisidores al sector provida. ¿Qué otra cosa es aquél famoso slogan “somos las nietas de las brujas que no pudieron quemar”?[21] De hecho la agrupación “Socorristas en Red” gritan sin pudor: “¡Tiemblen que las brujas hemos vuelto!”[22].
          Le proponemos al Sr. Oneto, si se anima, un modelo más original y anterior: el Sanedrín feminista. Si hay un modus operandi similar al del feminismo, es el del tribunal que condenó a Nuestro Señor. ¿Falacias?, por doquier. ¿Mentiras? Donde se mire. ¿Irregularidades? En abundancia. ¿Testigos falsos y pagos? Sobran. ¿Derecho a defensa o defensor? Ninguno. ¿Sentencia de muerte del inocente? No caben dudas.
         Invitamos al Dr. Francisco Oneto a analizar el tema y comprobar el paralelismo que existe entre aquél juicio irregular y malsano, y la persecución que libra el feminismo en nuestros días. Especialmente, la condena de muerte que realiza contra el inocente e indefenso ser humano en el vientre materno, sin derecho ni posibilidad de pronunciar defensa alguna. Y más: para quien se atreva a contrariar los postulados “verdes” habrá siempre un grito de “¡Blasfemia!” y muchos que gusten rasgarse las vestiduras (pero esto Oneto lo sabe por experiencia propia). Las irregularidades legales que se presentan para justificar el aborto son evidentes y conocidas, analogables (salvando las distancias), a las del sanedrín que condenó al Mesías. Le recomendamos vivamente a Francisco, aquella obra de los Hermanos Agustín y Joseph Lémann, judíos de nacimiento, conversos al catolicismo y luego ordenados sacerdotes: La asamblea que condenó a Jesucristo[23]. Allí se hace mención de cada uno de los errores cometidos por el tribunal fariseo y las distintas estrategias pergeñadas para condenar a muerte a Jesús de Nazaret. Los autores analizan la Mishná, es decir, el código de procedimiento penal judío codificado en el 200 d. C., y llegan a la conclusión de que se cometieron 27 irregularidades o nulidades que invalidarían todo el proceso ante el Sanedrín.


         En otro contexto parece no haber conciliación en la actualidad entre la creencia de esta religión y el aborto, pero si analizamos el mismo código que utilizaron los hermanos Lémann, llegaremos a conclusiones distintas. En efecto, la famosa Mishná, señala que “cuando una mujer tiene dificultades para dar a luz, se corta el feto dentro de ella y se sacan los miembros porque su vida precede a la del feto. Pero si ya la mayor parte del cuerpo ha salido, no se le toca porque no se le da prioridad a una vida” (Mishná, Tratado de Ohalot 7: 6). A cualquiera que esté familiarizado con las leyes actuales que permiten el aborto, las líneas citadas le serán sugestivas. Podríamos preguntarnos si acaso la vida no comienza en la concepción. Parece que esto no lo tiene bien claro la normativa judaica, que no siempre considera al feto como vida (nefesh). Incluso aquello de la Guemará en Sanedrín 72b: “en el caso que tiene dificultades en el parto que le ponen en peligro, la partera extiende su mano y lo corta y lo saca miembro por miembro, pues mientras no salió al mundo no es un nefesh por lo que se lo puede matar y salvar a su madre…”[24]. Es sugestivo que en algunas fuentes se califique de “perseguidor” (rodef) al bebé que pondría en riesgo la vida de la madre. ¡Perseguidor!
         Como dice Ethel Barylka, una autora judía:
    “El tema de la libertad del aborto y el derecho de la mujer a su cuerpo son dos de los argumentos centrales de la visión feminista. (…) Así, el encuentro entre el judaísmo en su concepción normativa-halájica y la visión del mundo feminista presupone tensión, lo que no implica necesariamente confrontación[25].
         La relación es por demás llamativa. En primer lugar por ser auténtica y verdadera, histórica, jurídica y documentalmente.


         El parangón que plantea el Dr. Oneto ya fue refutado y corregido más de una vez, y no nos referimos al presente escrito, sino a que en las redes sociales como Twitter, son muchos los que lo han llamado a corregirse. Sabemos que el discurso de Oneto ha sido muy levemente atenuado, de forma casi imperceptible, sin contradecirse ni rectificarse. En esencia, sigue siendo el mismo alegato.
         De nuestra parte hemos dejado una serie de fuentes a las cuales se puede recurrir, para que nadie termine siendo como aquél que teme el Aquinate: hombre de un solo libro. Por lo demás no hay más que decir, al menos por el momento.
         Eduardo Peralta.
San Juan, Festividad de Ntra. Sra. de Luján, 2019.





[1] “Oneto: Conferencia sobre Ideología de género, Aborto y Educación sexual”, Neuquén, 26 de febrero, 2019. Cfr. www.radionacional.com.ar/oneto-conferencia-sobre-ideologia-de-genero-aborto-y-educacion-sexual/
[2] Cfr. www.google.com/amp/s/www.infobae.com/opinion/2018/06/13/el-aborto-como-accionar-ilicito-e-inconstitucional/%3foutputType=amp-type  Además de lo que planteamos en la presente nota, no concordamos con el autor en la utilización de métodos anticonceptivos como medio para evitar el aborto.
[4] Lo hicimos a propósito de los pañuelos celestes en nuestro artículo De pañuelos verdes y celestes: (algo más que un trozo de tela), en:  http://ccidentidadnacional.blogspot.com/2018/05/de-panuelos-verdes-y-celestes-algo-mas.html?m=0 Allí mencionamos aquél artículo del Profesor Caponnetto titulado precisamente Buenas causas mal defendidas, en revista Cabildo, 3ra época, Año XII, N° 93, pp. 10-12.
[5] “La Inquisición feminista” fue el título de la conferencia dictada en el Congreso Provida antes mencionado. Existen varios videos en los que Francisco Oneto deja sentados sus postulados y de los cual hemos tomado muchas de sus afirmaciones. Por ej: https://youtu.be/QkwZRaQHBw4
[6] Puede leerse completo en: https://cristianrodrigoiturralde.blogspot.com/2019/03/inquisicion-no-es-sinonimo-de.html?fbclid=IwAR0l7V6sHa7cZCk8wmyS2bXGUokz-zKm3d4T2DT3YoDBk8vlMcGaolwxj04&m=1 La nota en un principio tuvo otro título, La confusión o malevolencia del Dr. Francisco Oneto (a propósito de la Inquisición y la Iglesia Católica), pero fue cambiado luego de que fuera manifiesto la buena intención de Francisco Oneto.
[7] Cfr. Eugenio Zaffaroni, La cuestión criminal, editorial Planeta, Buenos Aires, 2012, pp. 29-52.
[8] Cfr. “El discurso feminista y el poder punitivo”, en Haydée Birgin (comp.), Las trampas del poder punitivo. El género del derecho penal, Buenos Aires, Ed. Biblós, 2000, pp. 19-30. Otro autor que sostiene una postura similar es Jorge Vicente Paladines, Feminismo Punitivo: cuando el género se redujo al castigo. En Defensa y Justicia, Revista Institucional de la Defensoría Pública del Ecuador, N° 5, septiembre de 2013.
[9] Recomendamos, de modo general, la obra de Jean Dumont, Proceso contradictorio de la Inquisición española, Ediciones Encuentro, Madrid, 2000.
[10] Cfr. P. Javier Olivera Ravasi, Malleus Maleficarum: martillo de las brujas e inquisición, 21 de enero de 2019, en: http://www.quenotelacuenten.org/2019/01/21/malleus-maleficarum-martillo-de-las-brujas-e-inquisicion/
[11] Ibídem.
[12] Ibídem.
[13] Cfr. P. Javier Olivera Ravasi, ¿Cómo nació la Inquisición? (II parte), en: www.quenotelacuenten.org/2014/01/30/como-nacio-la-inquisicion-ii-parte/
[14] Cristián Rodrigo Iturralde, La Inquisición, un tribunal de misericordia, Vórtice, Buenos Aires, 2011, p. 43.
[15] Vitorio Messori, Leyendas Negras de la Iglesia, Editorial Planeta, Barcelona, 2004, p. 37.
[16] Régine Pernoud, La mujer en los tiempos de las catedrales, Editorial Juan Garnica, Barcelona, 1980.
[17] La malicia de Zaffaroni es tan grande que altera dos veces las fechas. Al Malleus lo hace salir a la luz en 1484 (Cfr. p. 43), y en 1494 (Cfr. p. 49), el mismo año que refiere para la Bula papal (Cfr. p. 44) que, como dijimos, fue publicada en 1484.
[18] Malleus Maleficarum: martillo de las brujas e inquisición, art. cit.
[19] Gustav Henningsen, El banco de datos del Santo Oficio. Las relaciones de causas de la Inquisición española, Madrid, 1977. Citado por el P. Javier Olivera en Malleus Maleficarum…, art. cit., quien a su vez refiere a María Elvira Roca Barea, Imperiofobia y leyenda Negra, Siruela, Madrid 2018, p. 284.
[20] Nicolau Eymerich, Manuale dell’inquisitore, Piemme, Italia, 2009, 235.
[21] Cfr. “Sobre las brujas y el movimiento feminista”, en: https://jacobosaenzdiez.wordpress.com/2017/11/08/sobre-las-brujas-y-el-feminismo/amp/ , “La Santa Inquisición Feminista”, en: https://amp.milenio.com/opinión-diego-fernandez-de-cevallos/sin-rodeos/la-santa-inquisicion-feminista , Ana Mirabal, “Perlas negras de la Iglesia contra las mujeres: la temible Inquisición”, en La Izquierda Diario: https://www.laizquierdadiario.com/Perlas-negras-de-la-Iglesia-contra-las-mujeres-la-temible-Inquisicion?id_rubrique=1714 , María Díaz Reck, “Monseñor Aguer, ráfagas de reacción de la Santa Inquisición”, en La Izquierda Diario: https://www.laizquierdadiario.com/Monsenor-Aguer-rafagas-de-reaccion-de-la-Santa-inquisicion
[22] Declaración de la 6ta plenaria de Socorristas en Red.
[23] Rialp, Madrid, 2004. También editado como El proceso de N. S. Jesucristo, Santa Fe, Buenos Aires, 1901.  Asimismo recomendamos: Josef Blinzler, El Proceso de Jesús, Editorial Litúrgica española, S. A., Madrid, 1959; P. Javier Olivera  Ravasi (sacerdote y abogado), ¡Crucifícalo!, análisis histórico-legal de un deicidio, Ed. Katejon, Bs. As., 2019; del mismo autor puede verse, aunque menos completo, El Proceso Jurídico de Cristo, (disponible en internet); José Raúl Calderón Peragón, Proceso a un inocente. ¿Fue legal el juicio a Jesús?, Liberman Grupo Editorial, 2012; Jorge R. Talbot, El Proceso Jurídico de la Muerte de Cristo: El más ilegal y torcido Derecho Legal, Createspace Independent Pub, 2016. Puede verse también la obra del doctor en Derecho Penal y Ciencias Criminales de la Universidad de Sevilla, José Antonio Martínez. Cfr., La indefensión en el proceso penal de Jesucristo, https://www.ideal.es/nacional/201704/03/abogado-sevillano-concluye-proceso-20170403103935.html
[24] Otras fuentes judías que permiten el aborto: Mishná Oholot 7:6; TB Sanedrín 72b; Mishné Torá, Rotzeaj 1:6,9; Joshen Mishpat 425:1,2; etc.
[25] Ethel Barylka, El aborto: una reflexión judía y feminista, en: https://www.mujeryjudaismo.com/el-aborto-una-reflexioacuten-judiacutea-y-feminista