Cuando San Juan Pablo II decidió establecer
el Instituto Pontificio para los Estudios sobre el Matrimonio y la Familia,
escribió a la Hermana Lucía de Fátima pidiéndole oraciones, y para su sorpresa,
recibió una extensa respuesta de ella, que hoy se encuentra en los archivos del
Instituto, en la que insistía en que la batalla final entre el Señor y el
reino de satanás será acerca del matrimonio y la familia, y lo instaba a
que no tuviera temor, porque cualquier persona que trabajase para
la santidad del matrimonio y la familia siempre luchará contra la oposición de
todos los enemigos de Cristo, porque ésta es la cuestión decisiva, en que
María Santísima le aplastará la cabeza a la Serpiente.
Por este motivo, reconociendo que
se trata de una cuestión capital –y no de “capitales”, como lo son el
aborto y las maniobras del lobby gay-
nos unimos a la convocatoria de las organizaciones pro-vida de todo el país para
testimoniar públicamente la defensa de la vida humana desde su concepción, y la
familia según el orden natural, frente a los ataques que viene recibiendo
sistemáticamente hace años,
- por una legislación infame como el reciente
actualización del Protocolo de abortos
no punibles de aplicación OBLIGATORIA en todos los centros de
salud públicos y privados.
Porque el asesinato de inocentes no es una mera
“interrupción” sino un final, y no puede llamarse “práctica sanitaria” lo que
no es sino la comisión de una práctica delictiva, a la que se buscan pretextos
eufemísticos como los “derechos de la mujer”.
- Asimismo se pretende amordazar a los argentinos
con la reciente ampliación de la Ley Antidiscriminatoria, prohibiendo la
defensa de principios inmutables de la ley natural.
La convocatoria es para eljueves 2 de julio a las 18 hs., en Buenos Aires,
frente al Congreso Nacional, y en el interior, frente
a todas las Legislaturas provinciales.
Es de desear que nuestros pastores animen y
acompañen a sus fieles en esta convocatoria con la misma vehemencia con que
adhieren a iniciativas del mundo, porque la libertad que dicen proteger
estas leyes no tiene nada que ver con la libertad cristiana, por su divorcio
cada vez más decidido de la Verdad.
Nuestros hermanos de Oriente dan testimonio de su
fe a costa de su sangre. ¿Daremos nosotros testimonio de ella, a costa de toda
comodidad y conveniencia?…
A Nuestra Señora del Amor Hermoso, a la Madre de Dios
y de los hombres, Reina de las Familias, María Auxiliadora, nos acogemos
suplicantes.
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Por María
Virginia Olivera de Gristelli.
Extraído de.
INFOCATOLICA, 28/06/2015.
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