La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, por
parte de las Naciones Unidas, en cierta manera, actualiza los principios
revolucionarios de la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, de
1789. Pretende salvaguardar los derechos esenciales de los hombres y sin
embargo, paradójicamente (o no...), en los siguientes veinte años, van a tomar
fuerza movimientos, para despenalizar y legalizar en algunos países, el asesinato
del ser humano más indefenso, el niño por nacer.
La aceptación social del aborto, al decir del pensador
español Julián Marías, es lo más grave, sin excepción que ha sucedido en el
siglo XX.
En 1981, su Santidad Juan Pablo II, en la encíclica Familiaris
Consortio, manifestaba: “Ha nacido una mentalidad contra la vida, como se ve en
muchas cuestiones actuales: piénsese por ejemplo, en un cierto pánico derivado
de los estudios de ecólogos y futurólogos sobre demografía, que a veces
exageran el peligro que representa el incremento demográfico para la calidad de
vida. […] La Iglesia condena, como ofensa grave a la dignidad humana y a la
justicia, todas aquellas actividades de los gobiernos o de otras entidades
públicas que traten de limitar, de cualquier modo, la libertad de los esposos
en la decisión sobre los hijos. Por consiguiente, rechaza con energía cualquier
violencia ejercida por tales autoridades en favor de la anticoncepción, de la
esterilización y del aborto procurado. Al mismo tiempo, denuncia como
gravemente injusto el hecho de que en las relaciones internacionales, la ayuda
económica concedida para promoción de los pueblos, esté condicionada a
programas de anticoncepción, esterilización y aborto procurado”.
El entonces Papa, conocía muy bien el resurgimiento de una
corriente neomaltusiana, que había logrado una importante difusión a través de
obras como La explosión demográfica o Bomba P (The Population Bomb), escrita en
1968 por Paul R. Ehrlich y Anne H. Ehrlich.
No podía desconocer tampoco, el Memorando de Estudio de
Seguridad Nacional 200: Implicaciones del Crecimiento de la Población Mundial
para la Seguridad de EE.UU. e intereses de ultramar (National Security Study
Memorandum 200: Implications of Worldwide Population Growth for U.S. Security
and Overseas Interests), NSSM 200, que se completó el 10 de diciembre de 1974,
bajo la dirección de Henry Kissinger.
Para sintetizar, diremos que este informe analizaba el
crecimiento de la población en los países menos desarrollados (PMD) y como,
este, representaba una preocupación de seguridad nacional de EE.UU. Por lo
tanto, recomendaba dar "máxima importancia" a medidas de control
poblacional, y a la promoción de la anticoncepción entre 13 países muy
poblados, para controlar el rápido crecimiento poblacional, que consideraba
perjudicial para los intereses nacionales de EE.UU.
Para muestra… algunos botones:
“Ya sea a través de la acción del gobierno, los conflictos laborales, sabotaje, o disturbios civiles, el flujo continuo de materiales necesarios se verá en peligro. Aunque la presión poblacional no es el único factor involucrado, este tipo de frustraciones son mucho menos probables en condiciones de crecimiento demográfico lento o nulo” [Capítulo III-Minerales y Combustibles].
“Las poblaciones con una alta proporción de crecimiento. Los jóvenes, que se encuentran en proporciones mucho más altas en muchos países menos desarrollados, es probable que sea más volátil, inestable y propenso a los extremos, la alienación y la violencia que una población de mayor edad. "Estos jóvenes pueden ser persuadidos más fácilmente para atacar a instituciones legales del gobierno, o bienes inmuebles del 'establishment', 'imperialistas, corporaciones multinacionales, u otras frecuentes influencias extranjeras culpadas por sus problemas” [Capítulo V, "Implicaciones de las presiones de población para la Seguridad Nacional].
“Hay que tener cuidado de que nuestras actividades no deben dar la impresión a los PMD de ser una política de un país industrializado, dirigida contra los países menos desarrollados. Se debe tener cuidado de que en cualquier acercamiento en este campo, apoyamos los países menos adelantados son los que podemos apoyar en este país. Los líderes del "Tercer Mundo" deben estar a la vanguardia y obtener crédito para programas exitosos. En este contexto, es importante demostrar a los líderes de los PMD que tales programas de planificación familiar han trabajado y puede trabajar dentro de un período razonable de tiempo”. [Capítulo I, las tendencias demográficas mundiales].
De aquí, es que siguiendo la línea, que nos señala la
“agenda internacional” con las distintas Conferencias Poblacionales (El Cairo,
Beijing, Estambul) en el año 1997 en Nueva York, se habla de “imposición de
medida demográficas para una segura y efectiva salud reproductiva y paternidad
responsable”, del “establecimiento de programas para reforzar los roles
productivos de la mujer” y de eliminar “estereotipos negativos” que perjudican
a la mujer e implantar la perspectiva de género.
Al finalizar el presente año del Señor, el 2017, tenemos
“Ley de Identidad de Género”, “Ley de Salud Reproductiva”, una población escasa
y mal distribuida, en un país inmensamente rico de recursos naturales, donde
comienzan turbios reclamos territoriales por parte de grupos insurgentes, que
desconocen al Estado Nacional y Fuerzas Armadas debilitadas por años de ataques
constantes a sus cuadros y su equipamiento.
Para pensar, no…???
Máximo A. López.
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