“Si yo tuviera un hijo
le daría un buen caballo,
para huir
de las escuelas,
los pedantes y los
diarios.”
(P. Leonardo Castellani)
Pasada
la festividad del 25 de mayo se dio a conocer lo que una profesora de E.S.I (educación
sexual integral) hizo con sus alumnos para conmemorar el día patrio.
La
docente tuvo la original idea de hacer que sus alumnos cambien los roles en el
baile tradicional folclórico que tenemos los argentinos, y todo esto en el
marco de un acto escolar en frente de los directivos, docentes, padres y todo
el alumnado.
Desde ya podemos ir
reparando que esta inversión de roles es un fruto de la ideología de género y
de una filosofía de la emotividad que vienen ganando muchos adeptos en estas
últimas décadas.
Esta
propuesta de invertir los roles de sexos
en el baile tradicional ha generado distintas reacciones:
Para
quienes son open mind como la docente
y los idearios de las planificaciones áulicas de la E.S.I., esta danza entre
varones vestidos de paisanas y mujeres vestidas de gaucho ha sido algo
maravilloso, un gesto valeroso de parte de la profesora y los alumnos, motivo
para celebración y aplausos. Mientras que para quienes aún conservamos el
sentido común y amamos las buenas cosas de nuestra cultura y tradición este
acto ha sido desagradable, ha generado bronca, tristeza y preocupación por ver
lo que pasa y lo que seguirá reiterándose si la ideología de género continúa
ganando terreno en la educación y en la cultura en general.
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Imagen del baile con roles invertidos, dentro de la institución educativa.
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Para
quienes todavía tenemos reservada la espada para desenvainarla y defender que
el pasto es de color verde, este tipo de eventos no se nos pasa por alto.
No
somos pocos los que consideramos que la idea de la docente ha sido patética. En
pos de un pensamiento progresista, lo único que provoca este tipo de actos es
un manoseo del orden natural, una promoción de la confusión y la falsedad, y,
en este caso en particular, resulta también una burla a las tradiciones y
buenas costumbres que tenemos en Argentina.
"¿Por qué no nos
molestaba tanto que haya nenas disfrazadas de gaucho y que los varones se pongan polleras y hagan de
mujeres es un problema?",
preguntó retóricamente la docente en una entrevista radial que tuvo
después de hacerse conocido el video del acto. Claramente para ella no hay nada de malo, ni preocupante o
molesto en lo que armó con sus alumnos. Siendo así, para mí que la señora no
tiene buen juicio de realidad y tampoco claridad de conciencia, y por eso no
debería ser docente, directamente.
Si
esta profesora que dicta E.S.I. junto con los promotores de la ideología de
género piensan y obran con tal cordura, en parte, porque quieren ser open mind, podemos repetirles con
Chesterton que “el fin de tener una mente abierta, como el de una boca abierta, es
llenarla con algo valioso”, no para llenarla con bazofia ideológica.
Quizá el afán de ser personas con mente abierta les haya hecho perder parte del
cerebro y no se dan cuenta del daño que están haciendo.
Ahora
bien. Poniéndonos a dilucidar mejor el
problema, atendemos cómo este innovador y repugnante cambio de roles no queda
reducido a una noticia polémica o a la publicación de Twitter de la hija de la
docente -quien fue la primera que dio a conocer lo que hizo su madre-, sino que
es un hecho que trasciende al momento presente y se proyecta hacia el porvenir.
El
marco de la puesta en escena del intercambio de roles fue el Instituto
Secundario General Belgrano, ubicado en Escobar, Buenos Aires. Allí estaban
presentes las autoridades del establecimiento educativo, docentes, alumnos,
padres de los chicos y demás asistentes. Esto tiene una particular relevancia,
porque en circunstancias con tales características los chicos ganan con mayor
facilidad la aprobación social y moral a la ideología de género. Podría decirse
que ahora hay una camada más de alumnos que fueron aplaudidos por travestirse,
y que en su psicología han asimilado que “no tiene nada de malo experimentar
distintos géneros”. En estos momentos, la mayoría de los que allí estuvieron,
estudiantes o no, bajaron la guardia ante la perversión que trae consigo este
sesgo ideológico. Es una muestra más de que la ideología de género se va
instalando en todo el tejido social y lamentablemente el pronóstico es que
seguirá creciendo mientras no hagamos algo respecto.
Esa
es una de las razones por las cuales este tipo de noticias merecen nuestra
atención. Tenemos que dejar de ser las ranas que van cocinando a fuego lento en
la olla. Más bien debemos mirar con preocupación y repudio esto que parece un
juego; porque la emotividad y
sensualidad le va ganando las riendas del carro a la razón y vamos generando
una cultura que no quiere pensar y vivir bien sino que quiere nuevas
sensaciones; en este caso concreto han querido experimentar “qué se siente
vestirse de mujer” o “qué se siente ser como un hombre”, y ni más ni menos que
dentro de una escuela.
Notemos
que la escuela moderna, que parece tener como norma hacer de los educandos personas que no aprendan a
pensar sino a descubrir nuevas sensaciones, está promoviendo o condescendiendo con
un desorden que trascenderá con tristes consecuencias en la vida de los alumnos.
Una educación afiliada a la ideología de género y a una filosofía emotivista llevará
a los niños y jóvenes a la ruina moral y espiritual, porque bajo un criterio
emotivo los alumnos también llegan a la búsqueda de una nueva sensación
probando la marihuana, el éxtasis, conociendo qué se siente estar borracho un
fin de semana, mantener relaciones sexuales casuales y promiscuas en una salida
de boliche o en un viaje de egresados, como para dar algunos ejemplos
tristemente reales y frecuentes...
En
este sentido, resulta un aporte entender que los jóvenes caen en muchos desenfrenos
precisamente por la búsqueda de nuevas emociones. Respecto a esto, recuerdo que
el año pasado asistí al “1° Congreso tabaco salud del cono sur”. En el mismo se
expuso una investigación en la que tomé conocimiento de que la mayoría de los
escolares argentinos daban a conocer que
el
motivo por el que habían comenzado a fumar (tabaco o marihuana) era justamente
por el hecho de buscar una nueva sensación.
Asimilando
este dato al análisis que venimos haciendo, indudablemente podemos pensar en la
posible degeneración de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos en los
años venideros; degeneración que surgirá precisamente por no haber sido
educados en las virtudes que llevan al dominio de sí en pos de conseguir un
bien real y honesto.
Podemos
advertir que el avance de la ideología de género y la filosofía del emotivista
-ese que se adhiere a la moral más afín con sus emociones- no es algo que se
está dando de forma focalizada en algunas provincias de la Argentina. Se instala progresivamente y de forma
sistemática y más aún al valerse de la Educación Sexual Integral para trabajar
desde allí con los intereses ideológicos.
Son
numerosos los casos que podríamos enumerar para reconocer más este progreso
ideológico en las escuelas. Reconozcamos otro hecho escolar que tuvo lugar
también en Bs. As. el año pasado en el Colegio Modelo de Mármol. Allí los varones
se vistieron con polleras para “tener empatía”
con sus compañeras a quienes se les había pedido que no usen polleras cortas.
El lector podrá sacar sus propias deducciones al ver la imagen y revisar la
noticia.
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Alumnos "empáticos" |
Para no reducir la educación
ideologizada a nuestro país, atendamos a
otro caso más reciente que se ha dado en México, donde la Jefe de Gobierno de la
capital del país guadalupano ha pedido que se implemente desde el 10 de junio
pasado el uso del uniforme neutro. Ella dijo: “Creo que quedaron atrás las épocas en donde las niñas tenían que tener
falda y los niños tenían que traer pantalón. Yo creo que eso ya pasó a la
historia. Los niños pueden traer falda si quieren, y las niñas pueden traer
pantalón si quieren. Esa es una parte de la equidad, de la igualdad”
Ver estos casos
despierta un lamento, una preocupación, quizá también la indignación o
impotencia...
A todos los seguidores
de las innovadoras ideas de cambio de roles y uniformes, especialmente a los
padres y docentes responsables de la educación, me parece oportuno recordarles
-sean creyentes o no- que en Deuteronomio (22; 5) se dice “La mujer no se vista de hombre,
ni lleve el hombre vestido de mujer; porque quien tal hace es objeto de
abominación para Yahvé, tu Dios.” A lo cual Monseñor Juan Straubinger
comenta: “La mujer que se viste de
hombre, y viceversa, el hombre que se viste de mujer, no solamente violan las
buenas costumbres, sino que hacen una cosa abominable delante de Dios; la mujer, porque se despoja del mejor
amparo de su pureza; el hombre, porque da a conocer que padece de sentimientos
perversos. La Biblia eterna condena las costumbres de nuestros tiempos.”
No
obstante lo que venimos comentando, no deberíamos reducir la introducción de la
ideología de género a un cambio de roles y vestimenta. Esto es sólo una cuota
de todo lo que nos va a costar el avance ideológico. Mejor resulta sacar una
conclusión más profunda de este análisis, y no quedarnos en lo exterior y polémico.
Estas
corrientes de pensamiento y modas desatinadas esparcidas en el suelo de una
sociedad relativista y que se conducen con una moral emotiva, probablemente suframos
las siguientes consecuencias:
1) La destrucción del pensamiento realista. Llegaremos a un estado en
el que ya no será fácil distinguir lo bueno de lo malo, lo verdadero de lo
falso y lo bello de lo feo. Las inteligencias perturbadas, con cuantioso
trabajo reconocerán las cosas como son, a
causa del uso de “autopercepción” y el binomio “construcción - deconstrucción”
2) La decadencia moral y el debilitamiento de la vida cristiana. La fe
y la razón, esas dos alas por las que nos elevamos para conocer la Verdad y el
Bien, serán apedreadas constantemente para que no tomen vuelo... ¿Qué lugar
tendrá Dios y sus enseñanzas en un mundo así?... Estimo que este será el costo
más caro que tendrán que pagar los hombres por haber contemporizado con la
ideología de género y la filosofía de la emotividad. De este hecho derivarán el
resto de los desastres.
3) El profundo deterioro de las relaciones humanas. Especialmente el
vínculo entre el varón y mujer será el más atacado y desvirtuado, perdiendo su
sentido natural y sobrenatural, y consecuentemente la desintegración del
Matrimonio, la maternidad y la paternidad, la crisis de la familia...
4) La pérdida de la libertad. De manera impositiva y tiránica, la
ideología de género se va introduciendo en la salud, en la educación, el ámbito
laboral, las leyes y las costumbres. Es un hecho de cual ya somos testigos al ver que los profesionales de
distintos ámbitos son privados de su
libertad, por ejemplo, para ejercer la objeción de conciencia.
Estas
cuatro consecuencias generales vendrían a ser las más relevantes y generales,
pero la enumeración de los daños continúa, no termina en esos cuatro puntos.
A
esta altura en la que podemos ir previendo el rumbo de la educación que le abre
las puertas a confusión y la falsedad, el lector se podría preguntar:
“entonces, ¿qué pueden hacer los padres con sus hijos?”... Diría que no resulta
fácil responder a esta pregunta con propuestas concretas y completas. No hay
fórmulas garantizadas. Sin embargo, podemos brindar algunas sugerencias de lo que
se viene pensando y haciendo:
En
primer término se debe tener plena conciencia de que el ambiente educa, y por
eso no son pocos los padres que hacen el sacrifico por mandar a sus hijos a buenos
Colegios de confianza para educarlos
bien y preservarlos, hasta cierto punto. Digo hasta cierto punto porque no hay
que caer en la creencia de inmunidad. Hasta el mejor ambiente es vulnerable.
Otra
propuesta es la de aquellos que han comenzado a trasladarse con sus familias a
barrios donde se han formado
comunidades
de amigos que tienen un mismo pensar y sentir en la vida fe, las costumbres, la
educación. Ellos han decidido por establecer sus hogares entre otros
hogares con los que puedan compartir ideales y estilos de vida. Estas personas
han visto que
“lo que importa ahora es la
construcción de formas locales de comunidad, dentro de las cuales la civilidad,
la vida moral y la vida intelectual puedan sostenerse a través de las nuevas
edades oscuras que caen ya sobre nosotros. Y si la tradición de las virtudes
fue capaz de sobrevivir a los horrores de las edades oscuras pasadas, no estamos
enteramente faltos de esperanza”, tal como dice
MacIntyre en su libro “Tras la virtud”.
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Gran Bretaña |
Otra
opción que debemos atender es la del
homeschooling. Es notorio el interés creciente por este método que ha dado
buenos resultados en Estado Unidos y que acá en Argentina ya lo vienen
implementando varias familias en los últimos años.
Creo que finalmente muchos terminaremos por asumir que la escuela en casa, a
pesar del sacrificio y renuncia que implica, será lo mejor para toda la
familia. Todo lo que vale la pena, requiere un esfuerzo. Haremos cual Hombre
del sillón de “El despertar de la señorita Prim”, quien en la novela decía:
“Educo a mis sobrinos personalmente porque
estoy decidido a darles la mejor formación posible…Mi única intención es que
los niños puedan convertirse algún día en todo aquello que la escuela moderna
se ve incapaz de producir.”
La
mención de estas alternativas de educación está hecha en favor de no quedarnos
en la queja y ver lo que podemos ir considerando desde ya, antes de que sea demasiado
tarde.
Cabe
en otro apartado hablar de las mejores propuestas para educar viendo las
ventajas y desventajas de cada una.
Lo
importante es tomar conciencia que la crisis educativa está en progreso e
impacta en toda la cultura. Siendo así, no podemos permitirnos quedarnos manos
en bolsillo contemplando cual Heráclito cómo todo pasa.
No
está demás dejar como advertencia que la preocupación por la situación crítica no
debe llevarnos a una paranoia. Los educadores paranoicos depositan miedo en los
educandos. De hecho existen casos en los que terminan generando reacciones
totalmente opuestas a lo que se busca: rebelión, ateísmo, indiferencia, celo
amargo...Por eso, la prudencia de cada padre o maestro será clave para dar una educación
clara, profunda y firme pero no enfermiza.
Es
indudable que para preservar de la corrupción a los hijos siempre se deberá
buscar la sal en el propio hogar, generando una cultura familiar cristiana en la
propia casa, donde esté presente
el cultivo de la devoción por medio de
la oración común;
el cultivo de las
virtudes morales cristianas reflejadas en los mismos padres y en el
Flos sanctorum;
y el cultivo una forma mentis católica, con una buena
catequesis y creando el hábito de la lectura para sacar provecho a la inversión
monetaria que hagan en buenos libros que atesorarán en la biblioteca familiar
.
“Creo
que lo más importante es considerar el hogar como un monasterio doméstico, como
un lugar en el que todo debe estar dirigido a encontrar a Dios.”
Por
último, es necesario atender que este hogar cristiano, ambiente primario y
natural de la educación, se trata,
entonces, de una empresa librada por amor; pero no de ese amor sensiblero propio
de una espiritualidad emotiva, sino de ese amor sacrificado y verdadero que es
un acto de la voluntad y que se llama Caridad. Sólo una familia que sea sede
del Amor se salvará.
C.F.M. 18/6/19